Preparar al Profesor

Pocas cosas en la vida son tan decepcionantes como descubrir que alguien en quien confibamos no es sincero. Algunos tele-evangelistas han dejado un rastro de seguidores desilusionados que pusieron su confianza en personas que crean autnticas, solo para descubrir que muchos de sus hroes espirituales eran falsos. El resultado ms comn es que los creyentes, decepcionados, engaados y traicionados, pierden la esperanza no solo en sus lderes, sino en todo lo que ellos representan.

Como alguien que gua a la juventud, usted tiene una gran responsabilidad. No solo enfrenta la difcil tarea de intentar ayudar a los jvenes a tener una relacin personal con Dios, sino tambin la igualmente difcil tarea de vivir una vida de integridad frente a sus estudiantes. Recuerde que las personas aprenden ms de Cristo al observar su vida, dentro y fuera de clases, que por lo que les diga, sin importar cun maravillosas sean sus palabras.

Los jvenes son muy perceptivos. Ellos captan de inmediato cuando nuestras vidas no demuestran lo que hablamos. Si decimos algo el domingo y hacemos lo contrario durante la semana, nuestros estudiantes tendern a hacer lo que ven, no lo que escucharon. An peor, al sentirse contrariados, lo que usted diga perder validez, ya que sus enseanzas no concuerdan con sus acciones.

Jess nos llama a ser sus seguidores. Eso significa que debemos ser ms que simples personas que hacen todo correctamente. Debemos ser personas que muestran amor y misericordia en todas las reas de nuestras vidas. Debemos tener una relacin real y vital con Jess, tan esencial que sin ella perderamos nuestra razn de vivir. Esto es el cristianismo autntico. Si an no ha comenzado, por qu no hacerlo hoy?

Cree usted que la juventud puede hacer contribuciones valiosas al cuerpo de Cristo? Permite que sus jvenes se ministren unos a otros en su clase? Les ofrece roles importantes? Les ha permitido guiar secciones en la clase de Escuela Dominical, luego de entrenarlos y ayudarlos? Tal vez diga: ya lo intent una vez y no funcion, toma mucho tiempo entrenarlos para eso, siempre tengo que ir detrs de ellos y corregirlo todo. Estas son buenas excusas, pero siguen siendo eso: excusas.

Este es el momento perfecto para que sus jvenes reciban entrenamiento en liderazgo. Expanda su funcin como maestro para incluir ms que solo brindar informacin. Desarrolle a sus estudiantes como discpulos maduros de Jesucristo, capaces de discipular a otros. Todos ellos tienen el don de Dios para ministrar a otros. Solo necesitan reconocerlo, desarrollarlo y utilizarlo.

Ore para que Dios les muestre sus habilidades. Luego ore con ellos para perfeccionar esas habilidades y por el lugar adecuado para ponerlas al servicio. Anime a sus estudiantes a comenzar a explorar sus talentos, involucrndose en diferentes reas de ministerio dentro de la iglesia. Desafelos a identificar una necesidad y a hacer algo al respecto, incluso si eso implica iniciar un nuevo ministerio en la iglesia.

Permita que sus estudiantes sepan que usted cree que ellos tienen una contribucin valiosa que hacer. Recurdeselo hasta que ellos lo crean. Modele este proceso en su propia vida. Asuma riesgos y desarrolle alguna habilidad que haya estado dormida en su interior. Hable con sus estudiantes sobre sus propias luchas y temores al poner en prctica habilidades que nunca antes haba utilizado.

Camine con ellos en este proceso, anmelos y permtales que lo animen a usted. Ayude a sus estudiantes a encontrar un mentor que les ayude a desarrollar las habilidades necesarias en el rea de su inters. Muchos miembros retirados estarn ms que dispuestos a compartir su conocimiento y sabidura con los jvenes.