Para reflexionar… Una Victoria Necesaria

“En mi angustia invoqu al Seor, Y clam a mi Dios; l oy mi voz desde su templo, Y mi clamor lleg a sus odos” (2 Samuel 22:7).

Dos adolescentes peleaban en la calle. Lo que estaba s dando mejor, empez a gritar: “me ayuden, por favor, me ayuden”. Un hombre lo vino a auxiliar y se puso sorprendido con lo que vio. “Est pidiendo ayuda, pero est ganando la lucha”. Qu peda socorro, dijo: “S, pero siento que l est si recobrando…”

Un da nosotros abrimos el corazn para Jess. Al recibir el Seor en nuestra vida, el hombre viejo, pecador, mentiroso, rebelde y desobediente, es obligado a salir. Al final, tornamos nuevas criaturas y somos dirigidos por el Espíritu Santo de Dios.

Pero, ni siempre, esa verdad es realidad en nuestro caminar diario. Las luchas, las angustias, las aflicciones, y los desafos de ese mundo nos atacan y percibimos qu precisamos del socorro de Dios. Y estamos ciertos de que el verso que dice: “En mi angustia clam al Seor y l me oy”, es una verdad incontestable para nosotros.

El adversario del Seor nunca nos dejar en paz. Si estamos Fuertes, l siempre intentar seducirnos para que nos alejemos de Cristo. Si estamos flacos, har de todo para que nos quedemos an ms flacos y fciles de manejar. Cada cristiano apartado de Dios es una victoria para el enemigo y, por supuesto, no podemos permitir que eso acontezca.

Flacos o Fuertes, venciendo o no, agarremos siempre en las manos de Dios para que el nombre de Jess siempre sea glorificado en nuestras vidas.