“Cada da te bendecir, Y alabar tu nombre eternamente y para siempre” (Salmos 145:2).
Un pastor pregunt a un nio pequeo en la iglesia: “Oras todos los das?” El nio respondi sin dudar: “No, pastor, ni todos los das tengo algo a pedir”.
Tenemos la costumbre de orar todos los das? Cul es la motivacin de nuestras oraciones, pedir o agradecer? Por qu buscamos al Seor Jess en oracin: porque abre las ventanas del cielo para darnos innumerables bendiciones o porque muri en la cruz perdonando nuestros pecados y escribi nuestros nombres en el Libro de la Vida, garantizndonos la vida eterna a Su lado?
Ninguna opcin est mal! Todo es una razn para buscar la presencia de Jess. Oramos para pedir, oramos para agradecer, oramos porque l es nuestro Salvador, oramos porque l camina a nuestro lado. l es todo para nosotros y solo seremos algo si obedecemos Su voluntad y Lo seguimos todos los das de nuestras vidas.
Cuando oramos al Seor, llega la alegra, los problemas desaparecen, la duda se apresura a huir, la fe toma su lugar, las murmuraciones se esconden, la alabanza se hace presente y brillante.
Debemos ser cristianos todos los das, todos los das.
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