“Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temer mal alguno, porque t estars conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirn aliento” (Salmos 23:4).
Un grupo de mujeres participaba de una campaa para visitar personas que estaban ausentes de la iglesia y se quedaron muy preocupadas al constatar que la familia que iran visitar moraba en una casa bien en el alto de una colina. “Como iremos hasta all?” dijo una de ellas. “En mi edad, creo que no tendr fuerzas para subir sa colina”, dijo otra. “Por qu no escogieron jvenes para sa visita?” dijo una tercera. La ltima de ellas dijo: “Si fuimos escogidas para sa visita, es porque es la voluntad de Dios” Fueron juntas y, como resultado, todo el familia volvi a frecuentar las reuniones, con mucha alegra y regocijo. La hermana que dijo no aguantar la subida era la ms feliz. “Gracias a Dios nosotros no desistimos. Nuestra bendicin fue muy grande.”
Si nosotros tenemos un Seor que nos prometi compaa, ayuda y victoria, por qu nos preocupamos antes de la batalla? Por qu tenemos el hbito de cuestionar si la lucha ser grande o no? No somos nosotros qu luchamos — el Seor pelea por nosotros! Nos cabe apenas descansar y confiar. Es ms fcil subir una colina agarrando en las manos de Dios que atravesar una calle sin Su compaa. Muchas veces murmuramos sin motivos. Otras veces nos lamentamos por obstculos que ni tendremos de sobrepasar. Lamentamos ter poco dinero cuando, es posible, no precisaremos de l. No nos conformamos por nuestro coche no ser nuevo, olvidando que hasta poco tiempo atrs, andbamos a pie por no tener condiciones de tomar un autobs. Ya somos vencedores y continuamos murmurando intilmente.
Qu usted prefiere, subir una colina con Cristo para alcanzar la bendicin o quedarse sentado en casa sin nada recibir?
Discover more from Ministerio Infantil Arcoíris
Subscribe to get the latest posts sent to your email.