“De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos ms pequeos, a m lo hicisteis” (Mateo 25:40).
“Me gustara ser un cristiano victorioso, una bendicin en las manos del Seor”, dijo un joven a otro hermano. “Siempre sea considerado con los dems jvenes, cuidando a los ancianos, amando a los misioneros, tolerando a los dbiles y derrotados. Dios mirar sus actitudes hacia todo esto”, dijo el hermano con amor.
Qu hemos hecho acerca de los jvenes en nuestra iglesia o en nuestra comunidad? Los criticamos o extendemos nuestras manos para ayudarlos? Qu pasa con los de edad? Somos impacientes, indiferentes, rechazando todo lo que dicen o hacen, como si sus deseos no importaran? En cuanto a los dbiles y sin esperanza, tratamos de motivarlos para que alcancen sus victorias o nos alejamos diciendo que somos mejores que ellos?
Somos una bendicin cuando nuestras acciones honran y glorifican a Dios. Nos sentimos muy felices cuando todo lo que hacemos es sincero, como para el Seor.
Ser una bendicin no es tener la mejor ocupacin en la iglesia, no ser el dueo del auto ms bonito o vivir en la mejor casa del vecindario. Ser una bendicin es obedecer a Cristo y poder mirar a l sin temor ni culpa.
Una persona es una bendicin para Dios cuando pasa su vida siendo una bendicin para quienes la rodean.
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