“Quin subir al monte del SEOR? Y quin estar en el lugar de su santidad? El limpio de manos, y limpio de corazn; el que no tom en vano mi Nombre, ni jur con engao. El recibir bendicin del SEOR, y justicia del Dios de salud” (Salmos 24:3-5).
Una nia, estudiante de la tercera serie, llegando a casa, dijo a la madre: “Estoy apasionada por un colega y deseo casar con l”. Su madre, sorpresa con lo que oa de la hija, dijo: “Que bueno, hija. tiene l un trabajo?” La nia contest: “Tiene s. limpia la pizarra despus las clases.”
Al leer este pequeo ancdota, empec a pensar en nuestras vidas cristianas y como sera bueno si nuestras actitudes ayudasen a “limpiar la pizarra” de ese mundo sin Dios. Como sera bueno si la luz del Evangelio de Cristo brillase en las salas de clases, en las fbricas, en las tiendas de comercio, en las calles donde caminamos y, principalmente, en nuestro hogar.
se es nuestro trabajo! Para eso hemos sido llamados y separados! Si la pizarra a nuestra frente es sucia, vamos a limpiar con nuestra fidelidad y obediencia a la voluntad del Seor.
Si la pizarra est sucia de odio, dejemos que el amor de Cristo, en nosotros, lo limpie. Si la pizarra est sucia con mentiras y engaos, esforcmonos para que la Verdad la limpie. Si la pizarra est sucia con decepciones, frustraciones y desesperanza, pasemos el limpiador de la salvacin y de la certeza de vida eterna.
Si todos nosotros trabajamos unidos para limpiar la pizarra, todo el mundo ser ms alumbrado y ms feliz. Y slo seremos capaces de limpiar el cuadro si nuestras manos y nuestro corazn estn limpios delante del altar de Dios.
Quiere, tambin, ayudar a limpiar la pizarra?
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