“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propsito son llamados” (Romanos 8:28).
Un pastor, en vacaciones en una montaa, cierto da se qued apreciando una hormiga que, con mucha dificultad, cargaba una enorme paja en la espalda. Al mismo tiempo que observaba, pens: “Qu hormiga ridcula! Qu esfuerzo intil! Podra haber escogido una carga bien menor”. Vio, de repente, que la hormiga tendra de atravesar un fallo en el terreno, mayor que su tamao. Sorprendido vio cuando la hormiga ech la paja en el suelo y empuj para la hendedura, transformndola en un puente. Atraves por cima de la paja y, del otro lado, la puj, la coloc en la espalda y sigui adelante. El pastor, avergonzado, concluy: “El ridculo soy yo, que lamento mi fardera y no los uso para construir puentes de victoria.”
Por qu estamos siempre murmurando por las luchas de nuestra vida, sin mismo reflexionar si son oportunidades ofrecidas por Dios para que construyamos puentes que nos llevarn a los sueos anhelados? La Palabra del Seor dice que “todas las cosas ayudan a bien de los que aman al Seor”. Y las luchas no son, tambin, parte del “todas las cosas”? Y los fracasos no estn insertos en las experiencias del dala-da? Y las decepciones no nos ayudan a meditar en las actitudes tomadas? El parar un tiempo para recobrar fuerzas no sera una estrategia de Dios para nuestro xito? Si el fardo que llevamos es grande, de la misma manera l podr ser usado para facilitar nuestras conquistas.
La hormiga segua con su fardo y probablemente cantaba, sabiendo que a cualquier momento l sera usado para ayudarla en la caminata. Hagamos el mismo! Glorifiquemos a Dios por nos dar fuerzas para llevar nuestros fardera! l, por nuestra fe, ayudar para que alcancemos todos nuestros objetivos de vida.
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