“Entonces Jess le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques ms” (Juan 8:11).
Una Profesora de la Escuela Bblica pregunt a su clase de nios: “Qu debemos hacer para ser perdonados?” Un nio levant la mano y respondi: “Para ser perdonados, primero debemos pecar”.
Aunque la respuesta ha sido divertida, el nio tena razn. Si no pecamos, no necesitaremos perdn. Y, como sabemos que el Seor Jess nos perdona todos los pecados, podemos seguir pecando?
Recuerdo el texto bblico que narra la afliccin de la mujer atrapada en el adulterio. Queran apedrearla y el Seor, despus de confrontar a la multitud que ansiaba castigarla, perdon a la mujer. Me imagino la gran felicidad de escuchar al Maestro: “Ni Yo te condeno. Vete y no peques ms”.
Somos muy bendecidos cuando aprendemos que, en lugar de ser perdonados, es mejor no pecar. Es difcil no pecar? S, muy difcil, pero siempre debemos orar pidiendo al Seor que nos ayude a “no pecar”.
La experiencia de escuchar “no peques ms” fue notable en la vida de esa mujer. Ella comenz a acompaar a Cristo y, estoy seguro, fueron los mejores das de su vida.
Te esfuerzas para que tus pecados sean perdonados, o prefieres esforzarte por tener razones para estar agradecido en lugar de pedir perdn?
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