“Porque yo el Seor soy tu Dios, quien te sostiene de tumano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. No temas,gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tusocorro, dice el Seor; el Santo de Israel es tu Redentor”
(Isaas 41:13, 14).
Cierto hombre empez a subir una montaa juntamente con suhija pequea. Dijo a ella ir en la frente que l seguiraluego atrs. La nia, con gran entusiasmo, quiso mostrar queera capaz de subir sola y present mucha disposicin en sucaminata. Despus de un cierto tiempo, ya cansada, empez atener dificultades. En cierto momento ella cay, cayendo sobrelas rodillas y enseguida tuvo el brazo araado por algunas espinas de un arbusto. Ms un poco y ella cay y noconsigui ms levantar. Comenz a llorar y, virndose parael padre, pidi que la ayudase. el padre a tom en losbrazos y la llev hasta la cumbre de la montaa. Desde elprincipio, l no esperaba que ella subiese sola.
Segn y como, Dios no desea que subamos las montaas de lavida solos. l no espera que atravesemos los desiertosridos con nuestras propias fuerzas. Sabe que endeterminados momentos, los caminos no sern fceis paranosotros. En todas las situaciones l camina junto anosotros, presto a extendernos la mano y conducirnos conmucho amor al lugar que deseamos ir.
Necesitamos comprender que somos flacos y fallos. Quenecesitamos la ayuda del Seor para realizar nuestros sueosy alcanzar nuestros objetivos. Solos, tendremos muchasdificultades y difcilmente alcanzaremos nuestrospropsitos.
Cree ser capaz de seguir los caminos de la vida sin a ayudadel Seor?
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