“En todas estas cosas, sin embargo, somos ms que vencedores, por medio de aquel que nos am” (Romanos 8:37).
“Un hombre puede equivocarse varias veces, pero no ser un fracasado hasta que comience a culpar a otras personas.” (John Burroughs)
Los equvocos existen y, a menudo, sirven para que recomience a caminar hacia el xito. Ellas nos ensean a crecer, a enderezar los pasos, a perfeccionar los propsitos, a encontrar lo que es correcto e importante para nuestra alegra.
Slo se equivoca quien busca acertar, quien no se conforma con la mismsima, quien prepara planes para grandes conquistas. Dios est siempre dispuesto a corregir nuestros equvocos y mostrarnos el camino de la victoria. Reconocer el equvoco es un escaln que nos lleva a donde deseamos ir.
Un fracasado justifica las fallas como si los culpables fueran la esposa, los hijos, los compaeros de trabajo, el jefe y, en el peor de los casos, Dios. Los que se equivocan y no son un fracaso, reconocen sus propios errores y, de esa manera, buscan, con determinacin, la correccin, el recomienzo, la perseverancia, la no desistencia, hasta que los equvocos desaparezcan y los aciertos sean vistos.
Se equivocan y buscan acertar. Acertan y conmemoran sus valiosas victorias. Son una bendicin y encuentran muchos motivos para alabar y glorificar a Dios. Siguen las huellas de sus errores hasta que se transformen en rastros de plenos aciertos y verdadera felicidad.
Suele equivocarse? Y qu hace cuando esto sucede?
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