“No sabis que si os sometis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” (Romanos 6:16)
Le la noticia abajo, bien antigua, y me puse muy angustiado. Un joven fue preso en Cabo Fro y conducido a Niteri (ciudades de Ro de Janeiro). Tena veinte aos de edad y la apariencia de setenta aos. Fue la “droga que lo envejeci”. Los diarios publicaron su retrato. Llamaba la atencin de todos por su aspecto. Tena los brazos y las piernas completamente deformados. Enseguida a la presentacin, l confes: “Esta droga da una ola loca por algunos segundos, pero destruye la gente. Vea cmo me qued, doctor! Yo estoy me destruyendo y no puedo parar! ”
An hoy existen muchos jvenes que estn se destruyendo por causa de drogas. Por algunos segundos o momentos de delirio, acaban perdiendo la salud, la dignidad, el porvenir, la vida. Son esclavos del pecado que nada de bueno tiene a ofrecer a sus siervos.
Cuando cambiamos los engaos del mundo por las bendiciones de Dios, ofrecidas a travs de Jesucristo, nuestro Seor y Salvador, nos ponemos libres del pecado, del seor del pecado, de la muerte eterna. Servimos al Seor que tiene todo a ofrecernos: paz, alegra, amor, esperanza, fe, vida abundante y un lar celestial para vivir con l para siempre.
Pasamos a ser siervos, pero, siervos libres, cheios de salud espiritual y eternamente felices.
Qu usted prefiere: ser esclavo del mal o siervo de lo bien?
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