“Porque con alegra saldris, y con paz seris vueltos; los montes y los collados levantarn cancin delante de vosotros, y todos los rboles del campo darn palmadas de aplauso” (Isaas 55:12).
El misionero Dan Crawford y sus compaeros, en frica, hace muchos aos, descubrieron que estaban encerrados en una misin especial. Las aguas del ro crecieron mucho y formaron una fuerte corriente. Estaban atrapados a un lado, incapaces de cruzar el ro. Era el nico camino de regreso. Ellos oraron. Cuando termin la oracin, un gran rbol cay sobre el ro, formando un puente. Alabando a Dios, cruzaron y regresaron a casa.
A menudo nos preocupamos por las adversidades del camino. Parece que no hay solucin a nuestros problemas. Miramos a todos lados y concluimos: “No hay salida de esta batalla”. Pero el Seor de lo imposible siempre est atento y listo para darnos la bendicin necesaria. Puede hacer caer el rbol!
Cualquiera sea la situacin, esperemos que Dios derribe el rbol. Si el ro de la enfermedad es difcil de cruzar, Dios puede hacer que el rbol caiga. Si el desempleo nos afecta y no sabemos cmo vamos a mantener nuestro hogar, confe en Dios para hacer caer el rbol. Si nuestros planes de vida acumulan fracasos, ora y Dios har caer el rbol. El Gran Dios es el Seor de nuestros problemas y rboles tambin.
De dnde surgi ese gran rbol que se converti en un puente? Los misioneros ni siquiera queran saber. De dnde vendr el rbol que Cristo cortar para darnos la bendicin? No importa! Si no hay ninguno, el Seor los cultivar, en el lugar ideal para ser derribado.
Confa en el Seor. El rbol confa y aplaude. Est esperando obedecer Sus rdenes y resolver nuestros problemas.
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