“Despirtate, t que duermes, Y levntate de los muertos, Y te alumbrar Cristo” (Efesios 5:14).
El padre llam a casa y fue atendido por su hija de 18 aos. “Llame a su madre que necesito hablar con ella”. La hija respondi: “Va a tardar un poco. Ella est barriendo el patio trasero”. El padre le llam la atencin: “No se avergenza de estar en casa, sin nada hacer, mientras su madre est trabajando. Va a ayudarla, al menos”. La hija se justific: “No puedo, slo tenemos dos escobas y la otra est con la abuela, que nos est visitando y est barriendo toda la casa.”
Es increble comprobar que, muchas veces, somos semejantes a aquella joven. Todos estn trabajando y nosotros nos quedamos en casa, viendo televisin o en las fiestas de este mundo, que nada nos aaden, a no ser el engao de una alegra pasajera que pronto acabar.
Algunos estn visitando enfermos, o evangelizando a los que an no tienen Jess en el corazn, o en las reuniones de oracin, o siendo tiles de alguna manera para que el reino de Dios sea engrandecido. Y nosotros? Qu hacemos ms all de murmurar y ver defectos en todo? Nada!
La violencia est aumentando en todo el mundo. La falta de amor se percibe en todas partes. El pecado ha estado sentado en la silla donde la iglesia debera estar. La luz de Cristo ha estado apagada en la mayora de las iglesias. Por que? Porque hemos dejado que otros tomen la “escoba” del trabajo cristiano mientras, indiferentes, estamos acomodados en nuestro desinters espiritual.
Si la iglesia no se despertar inmediatamente…
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