“y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” (1 Juan 3:22).

“Veo que Dios ha dado mucha cosa a muchos. Y yo no recibo nada”, se quejaba Julio a un hermano. “¿Y cómo le va a dar lo que no desea recibir?”, Preguntó el hermano. ¿Y quién dijo que no quiero recibir? “Yo quiero, sí”. “¿Y ya lo has dicho al Señor?” Preguntó de nuevo, el hermano.

¿Cómo está nuestro canal de comunicación con Dios? ¿Hemos hablado con Él? ¿Hemos orado, poniendo nuestros deseos y nuestra confianza delante de Su altar? ¿Hemos dicho a Él que nada podemos hacer sin su ayuda?

Muchas veces decimos que Dios no responde a nuestras oraciones, sin reconocer que estas oraciones no existen. Tenemos tiempo para todo – menos para buscar al Señor en oración. Queremos que hable con nosotros, pero no queremos hablar con Él. Queremos recibir bendiciones, pero no pretendemos ser una bendición. Queremos ir al cielo, pero no seguimos a Cristo en el día a día.

La Biblia nos dice que lo que pedimos, recibimos. Y si no pedimos . no recibimos. ¿Y cuál es el tiempo adecuado para que el Señor responda? Sólo Él sabe y debemos ser pacientes y esperar.

¿Quieres algo del Señor? ¿Ya le pidió a Él?

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