“Sed imitadores de m, as como yo de Cristo. Os alabo, hermanos, porque en todo os acordis de m… (1 Corintios 11:1, 2).
Fue en la Escuela Bblica de una iglesia cristiana que el adolescente James Callaghan aprendi a caminar con el Seor. Su profesora, con mucho cario, lo ense a colocar sus planes y sueos en el altar de Cristo. Guard en el corazn bellas remembranzas de la poca. Ya adulto y victorioso en la poltica, Callaghan se volvi Primer Ministro Britnico. se record y dese, entonces, rever su antigua profesora. Pidi ayuda de la Prensa y consigui localizarla. La mujer, muy humilde y ya de edad, se record hasta de la Iglesia donde el Primer Ministro haba sido su alumno. Fueron momentos de gran regocijo para ambos.
Que recuerdos hemos dejado para aqullos que con nosotros conviven? De qu podrn si recordar cundo los aos pasen? Desearn nos encontrar nuevamente? Desearn nos abrazar y decir que fuimos importantes en cada paso que dieron en sus vidas?
Como es bueno saber que las marcas que dejamos en el camino produjeron frutos para otros. Como es gratificante saber que muchos fueron bendecidos por nuestro testimonio. Como nos da placer reencontrar viejos amigos que nos digan lo como fuimos importantes en sus decisiones de vida. Esas personas dirn que deben , en parte, a nosotros, sus victorias, pero, en la realidad, la victoria es mucho ms nuestra. Y toda gloria Pertenece al Seor Jess.
Cuntas personas nosotros ayudamos a encontrar la salvacin de Dios en nuestros muchos aos de vida cristiana? Cuntas bendiciones recibimos por lo bien qu hicimos a nuestros amigos? Podemos decir que nuestras vidas fueron usadas para el engrandecimiento del nombre del Seor o apenas lamentarnos por la inutilidad de nuestros das?
El Primer Ministro Britnico se record de la profesora. Y nosotros, de quin nos recordamos? Y quin se recuerda de nosotros?
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