“Porque si perdonis a los hombres sus ofensas, os perdonar tambin a vosotros vuestro Padre ceDestial” (Mateo 6:14).
“Una persona nunca es tan bella como cuando ora por el perdn o perdona a otra persona”. (adaptado)
Qu difcil es reconocer nuestros propios errores! Siempre creemos que tenemos razn, que otros tienen la culpa, que somos vctimas de las circunstancias. Incluso cuando nos damos cuenta de que es nuestra culpa, siempre pensamos que otros nos han engaado.
Pero no debera ser as con el cristiano, discpulo de Cristo, hijo de Dios. Podemos cometer errores, es cierto, pero lo mejor despus de eso es reconocer el error y pedir perdn. La culpa se ha ido, la alegra regresa y el Cielo aplaude nuestra actitud.
Y cuando comprendemos que no es nuestra culpa, no sirve de nada sealar con el dedo y acusar. Quien acusa es el diablo. El siervo del Seor solo ora y perdona. La alegra permanece en nuestros corazones y el Cielo sigue aplaudindo.
Si no somos diferentes de aquellos que no tienen a Jess en el corazn, de qu sirve la conversin? De qu sirve decir que el Seor gobierna nuestras vidas? De qu sirve el resplandor en nosotros y ya se est desvaneciendo?
Preparmonos para perdonar y pedir perdn. As somos y siempre seremos las personas ms bellas y felices del mundo.
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