“… para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” (2 Corintios 4:7).
Un joven se desahogara con un hermano de la iglesia: “Escucho tantos testimonios sobre el poder de Dios y nunca he experimentado algo as. Creo que el Seor no le gusta de mi. ” El hermano le dijo: “Dios manifiesta su poder cuando no tenemos poder. Has admitido tu impotencia ante l?”
A menudo pensamos que somos capaces de hacer cualquier cosa. Somos fuertes, competentes, espertos, lo suficientemente inteligentes como para no depender de nadie. Y nuestro amado Dios, en tales casos, solo mira hacia abajo desde el monte y espera que “aprendamos con el fracaso”.
Al fin, por competentes que pensemos que somos, siempre necesitaremos a Dios. l es el autor de nuestra fe, el alfarero que da forma a nuestra esperanza, el arquitecto que construye nuestras iniciativas, el poderoso Dios que nos permite lograr grandes victorias.
Si las posibilidades nos parecen difciles, l es lo que lo hace fcil. Si las dificultades nos hacen concluir que algo es imposible, recordemos que “nada es imposible para Dios”. Si nuestro corazn est roto, l es el mdico de los mdicos, el cirujano que lo repara, hacindolo nuevo y perfecto.
Continuars “aprendiendo con fracasos” o te has puesto completamente en las manos de Dios?
Discover more from Ministerio Infantil Arcoíris
Subscribe to get the latest posts sent to your email.