“La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo” (Hebreos 6:19).
“Para darnos cuenta del valor del ancla, necesitamos sentir el estrs de la tormenta”.
Qu valor hemos puesto a la proteccin que tenemos en Jess? Nos hemos dado cuenta de que diariamente nos liberta del peligro, de la tentacin, de la actitud de incredulidad, miedo e inquietud? O solo lo recordamos cuando sucede algo malo, cuando perdemos nuestro trabajo o cuando nuestro saldo bancario es insuficiente para pagar todas nuestras deudas?
Dios a menudo nos permite pasar por situaciones difciles, tormentas severas, para que nos recordemos de l, nuestro Ancla espiritual de seguridad.
A menudo alabamos y agradecemos a Dios cuando no nos falta nada o solo cuando nos satisface una necesidad? Lo glorificamos solo cuando nuestra enfermedad se cura o lo hacemos cuando ninguna enfermedad nos afecta? Damos gloria a Dios cuando podemos comprar nuestra propia casa o lo alabamos de la misma manera cuando hemos tenido una casa para vivir desde nios? Tenemos el coraje y la audacia de exaltar el nombre del Seor, incluso cuando todava tenemos necesidades, cuando todava estamos enfermos, cuando an no hemos podido adquirir nuestro hogar?
Tengamos fe y confiemos en nuestro Ancla, incluso si la tormenta es lenta.
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