relfexiones”Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).
En una clase de la Escuela Bblica, el tema era la oracin. Un hombre, con su testimonio, dijo: “Me gusta orar mientras conduzco”. Su esposa en el fondo de la sala dijo en voz baja: “Oro tambin cuando l conduce”.
Nuestra ilustracin humorstica nos deja con una reflexin: debemos orar cuando estamos participando activamente en una obra para el Seor y tambin cuando no lo estamos, para que quienes trabajan puedan ser bendecidos en su misin. La obra de Dios es para todos los que estn al frente y los que estn ocultos.
Recuerdo cuando era editor de una revista misionera. Uno de mis artculos ha sido sobre un gran evangelista argentino. Le preguntaron el secreto de su xito y cmo poda llenar los estadios para escucharlo. Simplemente mostr a un grupo de hermanos orando debajo del escenario. “Ellos son la causa de mi xito. Toda la gloria es de Dios”, respondi.
El mayor secreto de una vida espiritual victoriosa es la oracin. Cuando hablamos con el Seor, l nos habla. Y durante esta bendita conversacin, caminamos sin miedo y la posibilidad de errores es mucho menor.
Siempre oras?
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