No hay nacionalidad para Jess…
gotitas de vivencia…
Hasta hace unos das me autonombraba como “patriota”, 100% nacionalista y firme en mi conviccin como Salvadorea, pero la verdad esto no me haba traido ms que dificultades cuando de defender mis colores azul y blanco se trataba…
Platicando con un amigo de aos. me recordaba como no tenemos que tener reparos en estas cuestiones pues la verdad nuestra ciudadana es del cielo, no importan las nacionalidades sino el tener esa ciudadana…fu asi como me dije no ms caer en este reparo, respetar tanto los que aman demasiado sus banderas, como los que se averguenzan de donde son…yo solamente tendr claro que amar siempre mi pas, pero ya no con extremo nacionalismo como lo haca hasta hace poco…
Al fin como diran mis amigos que saben como he sido siempre enraizada en defender lo nacional siempre, nuestro himno, nuestras tradiciones, ca en la cuenta que para Dios y si verdaderamente le conocemos a el, nuestra ciudadana es del cielo, y en la tierra, no importan las fronteras,los colores, las tradiciones ni colores de banderas…
No importa que bandera sea la que se abrace en la tierra, una sola bandera tenemos y es la de Hijos de Dios, cristianos nacidos de nuevo, que al hacerlo se suman a la ciudadana que aunque suene de locos no es de este mundo…
As lo deca Pablo cuando al ser cuestionado por ser tratado como Judo el mencion ser ciudadano Romano, eso le valo le soltaran en ese momento, pero vemos como vez tras vez Pablo aquel hombre al nico al cual se le concedi la Revelacin acerca de Jess se alejaba de cualquier ciudadana de la tierra, haciendose ms semejante a Cristo y por lo cual…se le notaba que ya no era ciudadano de la tierra sino del cielo…
Hoy puedo decir con certeza que mal obre!!!! a veces usamoslas banderaspara decir tal pais para Cristo y est bien no es mal pensarlo, pero si lo hacemos para decir que nuestro pas tiene, hace o es mejor, que mal estamos, pues defendemos ciudadanas terrenales que se terminan…
Nosotros somos personas nuevas, con mentes que tienen a Cristo y el no hace ninguna distincin, de color, de nacionalidad, de mente ni de raza…el a todos nos ama igual, y si creemos en su nombre, obedecemos lo que nos ha mandado hacer,tenemos para siempre la ciudadana donde nadie es menos, nadie es feo, nadie es subdesarrollado o desarrollado, donde a nadie se le trata como menos, ni donde nadie se averguenza de donde viene…porque somos ciudadanos del cielo coherederos de sus promesas…
…por
…Cristina Hidalgo de Marroqun
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