
Los Esclavos de la Lengua no controlan sus palabras,sino que son controlados por ellas.
Cada comentario impulsivo, cada chisme venenoso y cada crtica destructiva se convierte en una cadena invisible.
Hablan sin pensar, sin medir el dao que dejan a su paso.
Son prisioneros de su propia boca.
Su lengua, en lugar de construir, destruye; en lugar de sanar, hiere.
Y aunque intenten justificar sus palabras con la excusa de la sinceridad o la libertad, la verdad es que solo son esclavos de su falta de dominio propio.
Cada rumor alimenta el fuego de la discordia. Cada burla o juicio ensombrece la dignidad de otros y, en el proceso, corrompe el alma de quien habla.
Pero la lengua, aunque poderosa, puede ser gobernada.
La verdadera libertad comienza cuando la palabra se convierte en herramienta de bien.
Quien elige hablar con prudencia, edifica.
Quien calla para no herir, demuestra sabidura.
Y quien usa su voz para alentar y sanar, revela el verdadero poder del lenguaje.
Que cada uno decida: continuar siendo un Esclavo de la Lengua o aprender a gobernar sus palabras. Porque lo que sale de la boca no solo define a los dems, sino tambin a quien lo pronuncia.
Dice la palabra de Dios que refrenemos la lengua porque tiene la capacidad de hacer grandes incendios.
La muerte y la vida estn en poder de la lengua, Y el que la ama comer de sus frutos.
Proverbios 18:21
Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darn cuenta en el da del juicio.
Mateo 12:36
Discover more from Ministerio Infantil Arcoíris
Subscribe to get the latest posts sent to your email.