“No somos un ministerio grande, pero sí somos un gran ministerio”

LA OBEDIENCIA PARCIAL, APARENTE Y EL ORGULLO DE LA OBEDIENCIA

DEVOCIONAL DIARIO PARA EL MAESTRO, Da Viernes, 21 de Febrero del 2025.

LA OBEDIENCIA PARCIAL, APARENTE Y EL ORGULLO DE LA OBEDIENCIA

“Por qu me llamis, Seor, Seor, y no hacis lo que yo digo?”.
Lucas 6:46

Vivimos en tiempos en los que la palabra dada ha perdido valor. Recuerdo que, en mi infancia, cuando iba a comprar pan y leche, llevaba una libreta donde el panadero anotaba lo que tomaba, y luego, al recibir su salario, mi padre pasaba a saldar la cuenta.

Un da, mientras caminaba por la calle, se me antoj un dulce y fui a la panadera sin la libreta. Le dije al panadero:
Quiero un dulce, luego vengo a pagar.

Su respuesta me sorprendi:
A tu padre lo conozco y confo en su palabra, por eso le vendo a crdito. Pero a ti, joven, no te puedo fiar.

Qu decepcin! Mi palabra no tena valor. Si quera ser digno de confianza, deba construir esa credibilidad.

Esta situacin tiene un paralelismo con nuestra vida espiritual. Somos hijos del Dios Todopoderoso, y l siempre cumple sus promesas. Sin embargo, muchas veces no actuamos con la misma fidelidad.

Jess reprendi a los religiosos de su tiempo porque, aunque decan seguir a Dios, no eran verdaderamente obedientes. Buscaban maneras de reinterpretar la Palabra para cumplirla solo parcialmente, segn les convena. Pero la obediencia parcial es desobediencia, y una obediencia solo de apariencia es igual a la desobediencia.
Existe, adems, otro peligro relacionado con la obediencia: el orgullo de la obediencia.

A veces, al comprometernos con prcticas como asistir a la iglesia, leer la Biblia, orar y ser fieles en nuestros diezmos y ofrendas, podemos caer en la trampa de sentirnos espiritualmente superiores. Sin darnos cuenta, comenzamos a juzgar a quienes no siguen estas prcticas con la misma disciplina, y los miramos con desdn.

Pero Jess nos confronta con una pregunta clave:
“Por qu me llamis Seor, y no hacis lo que digo?”

Esta pregunta nos invita a reflexionar:

Estamos obedeciendo completamente a Dios, o solo en lo que nos resulta conveniente?
Nos hemos conformado con una obediencia parcial?
Nos sentimos orgullosos de nuestra supuesta fidelidad, olvidando que la verdadera obediencia nace de la humildad y el amor?
Nuestra relacin con Dios debe ser sincera, buscndolo con todo nuestro corazn y sin confiar en nuestra propia justicia. Debemos estar atentos a las actitudes que pueden convertir nuestra fe en una apariencia vaca o en un motivo de orgullo.

Oremos:
Padre celestial, aydanos a obedecer tu palabra con un corazn sincero y completo. Lbranos del orgullo de la obediencia y ensanos a seguirte con humildad. Te lo pedimos en el nombre de Jess. Amn.

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