“No somos un ministerio grande, pero sí somos un gran ministerio”

La mariposa

La mariposa encontr al bfalo herido e inconsciente, con una flecha clavada en el cuerpo. Al intentar quitarle la flecha, el bfalo despert del desmayo.

No necesito tu ayuda! Djame solo! grit el bfalo, empujando con fuerza a la mariposa y lastimndola un poco.

La mariposa, herida, sali cojeando y fue directamente a la cueva donde sola llorar cada vez que el bfalo la maltrataba.

Tan pronto como se recuper, regres, trayendo una planta medicinal para intentar curarlo.

Una vez ms recibi otra patada. Pero esta vez, el bfalo us tanta fuerza que la dej gravemente herida.

Desaparece de aqu! gritaba el bfalo, sin darse cuenta de que la mariposa estaba muriendo por sus golpes.

Aun herida, la mariposa dej la planta medicinal al lado del bfalo.

Sabes, bfalo a veces pienso que no me amas dijo la mariposa, con los ojos llenos de lgrimas.

Y no te amo! Te odio! respondi el bfalo.

La mariposa se alej arrastrndose, agotada por el dolor, y fue directamente a su cueva a llorar. Pero esta vez no volvi.

Con el paso del tiempo, el bfalo comenz a sentir su ausencia. Record sus gestos de cario, los regalos, las sonrisas la dulzura de la mariposa.

Pero ahora solo quedaba tristeza. Un vaco profundo. Un agujero en el pecho que nada poda llenar.

Ya no coma, no dorma cojeando y con miedo de haberla matado por su ignorancia. A su lado, la planta medicinal el ltimo regalo que ella le haba dejado ahora estaba marchita.

El bfalo no pudo ms. Sali en busca de la mariposa. Fue directo a la cueva donde ella sola llorar.

Entr con esperanza pero ella no estaba. Solo haba un silencio pesado. Un vaco abrumador.

Se recost sobre una piedra y empez a llorar.

Entonces la piedra pregunt:

Por qu lloras, hombre?

Es que yo amaba a una mariposa alegre, feliz, generosa pero muri. Yo yo tartamude creo que la mat

Las lgrimas caan por su rostro mientras hablaba.

La piedra respondi:

Es cierto que la amabas?

Claro que s! Y no era poco! respondi l.

Y por qu nunca se lo dijiste?

No s crea que era ms fcil decir que la odiaba

De repente, la mariposa sali de detrs de la piedra que hablaba con l:

Acaso alguna vez viste a una piedra hablar, tonto? Soy yo la que te habla! Estoy viva! No me mor!

El bfalo se desbord de emocin y empez a gritar:

Te odio! Te odio!

Pero mientras deca eso abrazaba a la mariposa con fuerza.

Incluso despus de todo eso, nunca le dijo con claridad que la amaba.

Y as es la vida: hay muchas personas que nunca dirn esas palabras.

Pero el amor est ah, silencioso, escondido en lo ms profundo del corazn.

Moraleja:
Hay personas incapaces de expresar con palabras lo que sienten.

Personas que, por miedo, orgullo o heridas del pasado, prefieren herir antes que mostrar su vulnerabilidad. Pero no confundas el silencio con la ausencia de amor.

A veces, los gestos ms bruscos ocultan los sentimientos ms sinceros.

Y aunque no todos sepan decir te amo, sus actos cuando vienen del corazn gritan lo que sus labios callan.

Aprende a mirar ms all de las palabras, porque quien ama de verdad, a veces, solo sabe hacerlo a su manera aunque esa manera sea torpe y dolorosa.

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