Escuchen les dijo el Seor con acento afable.

Escuchen les dijo el Seor con acento afable.

-T elegirs ser mdico. Salvars vidas, quitars dolor, dars esperanza a los enfermos.

-T sers un gran arquitecto. Asombrars con tus obras majestuosas a hombres y mujeres, embellecers las calles y ciudades del mundo.

-T, sabrs de leyes humanas. Dars orden y juicio al hombre y justicia en sus actos. Sers abogado.

-T, transformars con tus inventos la vida de las personas, sers un innovador. Dominars la tecnologa.

Y entonces, me mir, y al notar mi desconcierto, me dijo con infinita bondad, pero a la vez con energa!

-T sers formador.
De tus manos surgirn los mdicos, los hombres de leyes, los inventores.
Por tus palabras vertidas en la mente pura y limpia de un nio, hars surgir al lder, al sabio, al artista, al humanista que dar un mejor rumbo a la humanidad.
Pero, te advierto, no habr gloria para tu labor, sers el cimiento que no se ve, y que sin embargo, sostiene la grandeza de las obras.

Al final, slo quedar en la mente de aquellos que te escucharon, tal vez, el eco de tus enseanzas. Pero en su corazn no podrn olvidar que fuiste el impulso para hacer de su destino lo que soaron.
Regresars a m, humilde, satisfecho, tranquilo y con tu alma alimentada por bellos recuerdos, y con eso sentirs que fuiste recompensado, que es suficiente!
T sers maestro.