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“No somos un ministerio grande, pero sí somos un gran ministerio”

Es posible que todos digamos: S, se puede aprender!?

Es posible que todos digamos: S, se puede aprender!?

porOctavio J. Esqueda

si se puede aprender!
Es posible que todos digamos: S, se puede aprender!?
La educacin formal en las instituciones educativas ha dominado tanto el panorama de la educacin que tenemos la tendencia a equiparar nuestro desempeo en ella con nuestra habilidad para aprender. De esta manera, si un adulto obtuvo buenas notas en la escuela, se asume que sabe cmo aprender y normalmente su disposicin para hacerlo es favorable.
As, palabras como estudio bblico o escuela dominical son percibidas positivamente por estas personas. Sin embargo, si por el otro lado un adulto tuvo una mala experiencia en su vida escolar, si sus notas fueron generalmente malas o incluso si no tuvo la oportunidad de estudiar formalmente, se asume que su capacidad de aprendizaje es defectuosa y las palabras estudio bblico o escuela dominical adquieren una connotacin negativa.
De esta manera, es comn observar la gran diferencia de inters que los adultos presentan a las actividades educativas de las iglesias. En una ocasin particip en un viaje misionero de construccin en la que pude observar el cambio radical de comportamiento e inters de parte de varios hombres con los que haba compartido la clase de escuela dominical por varios meses. Estos hombres adultos nunca haban abierto la boca durante las lecciones bblicas y, aunque asistan cada semana a la clase y eran amables, su postura mostraba claramente que se sentan fuera de su ambiente natural. En ese corto viaje misionero, not como ellos hablaban con entusiasmo, compartan alegremente acerca de cmo usar sus herramientas y sus ideas para realizar el trabajo de la mejor forma. La diferencia en su actitud no estaba relacionada con su vida espiritual o fervor cristiano sino a que no se sentan cmodos en el formato que se usaba para estudiar la Palabra de Dios.
La necesidad primordial de un adulto para que est motivado a aprender es sentirse competente para hacerlo. Esta realidad es esencialmente importante para los hombres debido a su inters por sobresalir y, por lo tanto, el miedo a fracasar. Un adulto que tuvo una buena experiencia en la escuela tiene una predisposicin buena para el estudio bblico mientras que una persona con una experiencia desagradable necesita en primer lugar darse cuenta que s puede aprender. Por lo tanto, un maestro es principalmente un motivador para el aprendizaje.
Una teora educativa afirma que cualquier persona es capaz de aprender cualquier cosa si se cumplen dos condiciones bsicas: se le da el tiempo necesario para hacerlo y la capacitacin adecuada. Dios nos dej su Palabra para que lo conozcamos y as crezcamos en nuestra relacin con l. Es a travs de la Palabra de Dios que conocemos a Cristo. As que todos podemos estudiar y aprender de la Biblia. Para hacerlo es de gran ayuda que alguien nos gue y nos ensee cmo hacerlo. De hecho, pienso que una de las funciones bsicas de la escuela dominical o grupo de estudio bblico es ensearles a las personas cmo aprender a estudiar la Biblia por s mismos. Cuando un maestro se dedica exclusivamente a dar informacin, por muy buena que sta sea, en lugar de ayudar a crecer espiritualmente a sus alumnos, impide su crecimiento. Dios desea comunicarse con cada uno de nosotros y que crezcamos en el conocimiento y gracia de Jesucristo. S se puede hacerlo, pero como el etope le coment a Felipe en Hechos 8 Y cmo podr [entender] si alguno no me enseare? Y yo aadira, y adems se toma el tiempo (como Felipe) para ensearme y me ayuda a descubrir las verdades bblicas por mi mismo?

 
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