Elas

Cuando Elas objet a Dios que haba quedado solo en Israel y que todos los profetas abandonaron la causa; el Seor le mostr que haba 7.000 profetas que no haban doblado sus rodillas delante de Baal. Este acomplejado sndrome del “miserable nico” nos persigue y provoca un estado de auto conmiseracin, evidenciado en quejas lastimeras:

Por qu a m?

• Soy muy desafortunado
• No tengo nada
• Nadie me comprende
• Todos son desconsiderados conmigo
• En todo me va mal
• No le importo a nadie
• Me siento usado por todos

Pero, sabes qu?

No ests solo; es una mentira sistemtica que pretende apabullar tu vida.

Te lo puedo demostrar:

• “Yo estar con vosotros todos los das hasta el fin del mundo” (Mt.28:20).
• “Aunque tu padre y tu madre te dejare, yo te recoger” (Sal.27:10).
• “Mi presencia ir contigo donde quiera que vayas” (Ex.33:14).
• “Mi vara y mi cayado te infundirn aliento” (Sal.23).
• “Aunque pases por el fuego, yo estar contigo” (Isa.43:2).
• “En la casa del Seor morar por largos” (Sal.23:6)
• “Has cambiado mi lamento en baile” (Sal.30:11-12).
• “Voy a preparar lugar para ti, para que ests donde yo estoy con mi Padre” (Jn.14:2-4).

Su presencia nos basta, aunque todos se vayan, queda l.

Por tanto, acepta la invitacin de ir a l cada da para escuchar Su voz, cuando todas se hayan callado.