El mandato de evangelizar a los nios

 

 

Marc.16:15-16 “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura…”

Esto incluye toda la humanidad, sin lmites de edad.

Mateo 18:11-14 Sobre la parbola de la oveja perdida ya hablamos arriba. – Dios no quiere que un nio se pierda; por eso tenemos que buscarlos y evangelizarlos.

Cuidado: no debemos manipular ni presionar a los nios. No hay que hacer llamados colectivos a los nios porque esto lleva a muchas “pseudo-decisiones”.

 

La decisin del nio debe ser:

– voluntaria

– personal

– con entendimiento.

Es NECESARIO conversar personalmente con cada nio que manifiesta el deseo de entregar su vida a Jess, para asegurar que el nio realmente entienda lo que est haciendo, y lo haga por voluntad propia.

Juan 16:8-11: “Y cuando l venga (el Espíritu Santo), convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en m; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veris ms; y de juicio, por cuanto el prncipe de este mundo ha sido ya juzgado.”

Un ingrediente esencial de la conversin es la conviccin del pecado. Un nio que no est convencido de su propio pecado y de su necesidad de perdn, no est listo para convertirse. (Lo mismo se aplica a los adultos!) – Para esto tambin, no hay lmite de edad, porque es la obra del Espíritu Santo y no depende de las capacidades intelectuales o psicolgicas del nio. Existen nios de cuatro aos que son ms conscientes de su pecado que muchos adultos. Si un nio se convierte a raz de esta obra del Espíritu Santo en l, su conversin es igualmente real y duradera como la de un adulto.