El llamado del evangelio

Todo el que se acerca al Señor para obtener salvación debe tener una comprensión básica de quien es Cristo y como el suple la necesidad de la
salvación. Todos, sin ninguna duda, todos hemos pecado. No hay ningún argumento convincente que diga todo lo contrario. Porque la Palabra de Dios
declara que no hay nadie bueno y justo, ni uno solo.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Romanos 3:10 – 12 Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23
Como hemos sido hallados culpables del pecado merecemos por lo tanto castigo, y el castigo
del pecado es la muerte.


Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro. Romanos 6:23. Que terrible es la condición de la persona cuando está lejos del Señor, no hay más que camino de muerte en su vida. Que contrariedad, porque la persona sin Cristo piensa que está viviendo pero realmente está muerta y está condenada al infierno.


Y aunque parecería que esa terrible condenación no tiene solución, hemos de tener la más
hermosa alternativa de ser llamados inocentes siendo en realidad culpables, esto es porque
Cristo se ha sacrificado por nosotros. El Señor murió para pagar la condena de nuestros
pecados Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8


El Señor a través de su sacrificio nos hace una invitación. Dice sus propias palabras:
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo
sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. S. Mateo 11:28 – 30


Son palabras que permanecen aún y que Él sigue invitando a todo aquel que en Él cree. El
promete perdonar nuestros pecados y darnos vida eterna.


El Señor dirige sus palabras:
A NUESTRO INTELECTO, llama a nuestro razonamiento al explicarnos por medio de su Palabra lo terrible que somos, que como culpables merecemos castigo pero de igual forma nos explica la realidad y la belleza de la Salvación.


A NUESTRAS EMOCIONES porque nos hace sentir terribles el darnos cuenta de nuestra
condición y la necesidad de la salvación.


A NUESTRA VOLUNTAD Para escuchar la invitación de Cristo quien quiere y puede sacarnos de
la terrible condenación del pecado, al haber pagado por nosotros en la cruz, por ello
sometemos nuestra total voluntad a Él y decidimos volvernos de nuestros pecados y dejar que
nuestro corazón descanse en Él.


Ese es el llamado del Evangelio.

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