
El toro invit a sus amigos a un banquete.
No voy a aportar nada, porque ya estoy prestando mi casa dijo.
El perro aprovech y aadi:
Yo aportar un hueso que encontr el otro da y que todava tiene un poco de carne.
El caballo tambin intervino:
Yo puedo contribuir con un pedazo de queso que sobr del carnaval del ao pasado. Est un poco rancio, pero an no se ha puesto verde.
Todos miraron a la gallina, esperando escuchar su contribucin.
Ah, claro entonces, el resto lo pongo yo? balbuce la gallina. Supongo que s la lea, el arroz, los frijoles y el trabajo. Solo falto yo
El da del banquete, la gallina lleg temprano con un pauelo atado en la cabeza y un machete en la mano. Estaba sudorosa, cubierta de ceniza, cargando la lea que le cost cortar. Tambin trajo el arroz, los frijoles y el maz.
El trabajo era enorme. Tanto, que al momento de poner la sal en los frijoles, sin querer se le fue un poco de ms. Quedaron salados!
Los invitados llegaron por la noche, cuando todo ya estaba listo.
El caballo entreg el queso, se sirvi un plato bien grande y, al probar los frijoles, se quej:
Ay no, gallina, esto es sal con frijoles o frijoles con sal? Jajaja!
La gallina se aclar la garganta, contuvo las lgrimas y fingi estar alegre mientras segua trabajando.
Despus lleg el perro con su hueso, que ya estaba casi puro pellejo. Lo dej a un lado, se sirvi un plato bien grande y tambin reclam:
Oye! Qu te pasa? Acaso piensas que somos toros para que estemos lamiendo sal?
El nico que no se quej fue el toro (porque a los toros les gusta la sal).
La gallina corri a su casa y trajo ms frijoles, esta vez unos frijoles finos de calidad. Los sazon con la cantidad exacta de sal y el olor que sali de la olla llen toda la casa.
El caballo y el perro se sirvieron dos veces. Comieron felices, pero ni siquiera se acordaron de darle las gracias a la gallina.
Toda la fiesta la gallina se la pas en la cocina trabajando, mientras los dems rean y contaban historias sin siquiera pensar en ella.
Cuando la fiesta termin, los animales se fueron uno a uno. Se despidieron entre ellos, pero nadie entr a la cocina para agradecer a la gallina ni despedirse de ella.
Exhausta, la gallina busc algo para comer, pero no haba nada. Solo encontr en el fondo de la olla una costra de frijoles secos. Con el estmago rugiendo, se apret el cinturn y comenz a lavar los platos y a limpiar el desastre que haban dejado.
Esto pasaba en todas las fiestas. Venan, se divertan y se iban. Nunca recordaban a la gallina, no notaban su ausencia, porque siempre estaba en la cocina dndolo todo.
Hasta que un da, en una fiesta como esas, la gallina no estuvo.
Ese da solo haba queso podrido y huesos secos. No haba comida sabrosa, no haba lea, no haba quien cocinara. No haba frijoles de calidad como los que solo ella saba hacer.
La fiesta perdi su gracia y, por primera vez, la recordaron.
Salieron a buscarla, no porque la extraaran, sino porque la necesitaban.
Vamos a su casa! Sabes dnde vive?
No
Yo tampoco
Despus de unas horas, pasaron frente a una cueva fra y abandonada. Desde el fondo, se escuchaba una voz que deca:
Perdname, mam yo solo quera proteger a la familia
Eran las ltimas palabras de la gallina antes de desaparecer.
Su voz qued atrapada en el eco de la cueva. Los animales entraron con la esperanza de encontrarla, pero ella ya no estaba. Solo el eco de su voz se repeta una y otra vez.
Los animales corrieron a la casa del chivo, su nico amigo, para buscar respuestas.
Dnde est la gallina? Por qu viva en una cueva? Por qu nunca nos dijo que no tena una casa? Por qu su voz sigue resonando all, pidiendo perdn a su madre?
El chivo suspir y respondi:
De verdad no lo saben?
Ella trabaj para ustedes todo este tiempo y ni siquiera se dieron cuenta de que no tena un hogar. Qu clase de amigos son? Ni siquiera saban que no tena familia.
El toro, el caballo y el perro se miraron sin saber qu decir.
Entonces, el chivo les cont la verdad:
Hace mucho tiempo, ella viva en un gallinero y tena una familia feliz. Pero un da, una serpiente entr y la gallina luch valientemente para defender a los suyos, mientras sus hermanas corran a esconderse en los rboles.
La serpiente la mordi y, en lugar de agradecerle, su familia la ech, temiendo que el veneno se propagara. Desde entonces, nunca tuvo un hogar ni una familia. Viva en esa cueva y, mientras sostena el mundo de ustedes, su propia vida se desmoronaba.
Les daba alegra, les brindaba placer, pero en las noches solo su almohada saba cuntas lgrimas derramaba.
El toro, el caballo y el perro abrieron los ojos con asombro y bajaron la mirada.
Quieren saber dnde est? pregunt el chivo.
Se hundi en una profunda depresin y ya no tiene fuerzas para seguir trabajando gratis para ustedes. Yo la saqu de esa cueva y ahora la estoy cuidando.
Una historia que muchos viven en silencio.
En la vida hay muchas personas como la gallina de esta historia. Personas que hacen todo por los dems, que se esfuerzan para ver felices a los otros, que cargan con los problemas de todos mientras sus propias vidas son un desastre.
Personas que ren durante el da, pero en la noche mojan su almohada con lgrimas.
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