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“No somos un ministerio grande, pero sí somos un gran ministerio”

DE LA DESILUSIN AL DESCANSO

DE LA DESILUSIN AL DESCANSO

 

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Susana Seiferling

 

 

 

Definicin: Segn el diccionario, desilusin quiere decir: perder las ilusiones; desengaarse, ver la realidad de un asunto. Algunas palabras afines son: frustracin, amargura, desencanto. La palabra desilusin en nuestro idioma tiene una connotacin totalmente negativa. Parece decirnos que no podemos esperar mucho de esta vida, porque todo es un engao.

 

En este estudio vamos a definir la palabra desilusin de la siguiente manera: Es la tristeza y angustia que uno siente cuando no resulta lo que se esperaba. Estas esperanzas pueden ser legtimas (ejemplo: que alguien cumpla su promesa) o fantsticas (ejemplo: que despus de casarse no se volver a sentir soledad). De todos modos, cuando no resultan nuestras expectativas, nos sentimos defraudados, entristecidos, desilusionados. La experiencia de desilusin puede tener efectos positivos o negativos dependiendo cmo la enfrentamos.

 

LA REALIDAD DE LA DESILUSIN.

 

 

  1. Nos sucede a todos:

 

En la niez: La nia no fue invitada a una fiesta de cumpleaos. El nio no fue escogido para el equipo deportivo del colegio. Los padres no cumplieron su promesa. Una desilusin de tu niez:

 

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En la juventud: A la joven le interesa cierto hombre, y l sale con otra chica. El joven esperaba conseguir trabajo al graduarse, y ninguna empresa lo contrata. Una desilusin de tu juventud:

 

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En la madurez: El matrimonio no result ser tan agradable como la mujer haba esperado de soltera. El hombre perdi el negocio en el cual haba invertido todos sus recursos. Una desilusin de tu vida actual:

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En la vejez: La empresa donde ha trabajado durante toda la vida lo despide un ao antes de la jubilacin. Reconoce que no logr durante su vida lo que haba deseado. La familia lo lleva a un asilo y se olvida de l.

 

  1. A veces la desilusin nos ayuda a ver la realidad: De nuestras falsas expectativas:
  • Los discpulos sintieron gran desilusin cuando Jess fue crucificado. Despus de su resurreccin, el Seor les ayud a ver que sus expectativas de un reino mesinico inmediato no concordaban con la realidad. Lucas 24:13-27, especialmente 21 y 25-27.
  • La desilusin puede servir como maestra para ensearnos nuestras limitaciones y capacidades. El nio que no logra participar en el programa deportivo de su colegio por problemas fsicos, puede descubrir que tiene talento intelectual, musical, o social.
  • La desilusin puede mostrarnos que nuestra expectativa no concordaba con la realidad. El que est convencido de que siempre es la voluntad de Dios sanar fsicamente a su pueblo puede sentir gran desilusin cuando un pariente muere, o cuando l mismo no mejora. En vez de llenarse de culpa o de resentimiento contra Dios, el creyente debe escudriar las Escrituras para descubrir lo que Dios dice acerca del tema. (Vase Juan 16:33, 2Corintios 12:7-9.)

 

De nuestras motivaciones equivocadas:

 

  • Simn el mago de Samaria se desilusion cuando no pudo comprar de Pedro la habilidad de impartir el

Espíritu Santo. El apstol le hizo entender que su motivacin era materialista y no espiritual. Hechos 8:4-

24 especialmente 18-23.

  • Una madre sinti gran desilusin cuando su hijo amado rechaz su consejo y se cas con una mujer que ella consideraba inconveniente. Despus de recibir consejo, la madre entendi que aunque quera algo bueno (el bienestar de su hijo), su motivacin haba sido egosta (no quera que se fuera de su lado). Cuando la madre entreg la situacin a Dios, sinti paz y pudo mostrar amor a su nuera.

 

De la naturaleza transitoria de esta vida:

 

  • Jess dijo que no debemos amontonar tesoros materiales ni fijar nuestro corazn en ellos, porque tarde o temprano se perdern. Las desilusiones de esta vida pueden ayudarnos a buscar ms bien tesoros espirituales (Mateo 6:19-24).
  • Jess prometi que al regresar al cielo iba a prepararnos un hogar eterno, donde no habr ms llanto,

prdida, ni desilusin (Juan 14:1-3, Apocalipsis 21:3-5 y 22:3-5).

 

  1. Muchas veces la desilusin resulta en decepcin (mentira):

 

Cuando no conseguimos lo que esperbamos sentimos dolor y tristeza. Estos sentimientos nos hacen susceptibles al engao. Empezamos a generalizar y formamos patrones de pensamiento errneos. Aceptamos estas mentiras como verdad, y ellas distorsionan nuestra percepcin de la vida en general, de nosotros mismos, de nuestra relacin con otras personas, y de nuestra relacin con Dios. El dao ms grande no resulta de las desilusiones de la vida, sino de los mensajes falsos que sacamos de ellas. Estas decepciones parecen ser verdades, y empezamos a basar nuestra vida sobre ellas. En realidad, al creer estas mentiras nos estamos destruyendo a nosotros mismos y a los que amamos. Tambin tenemos resentimiento contra Dios porque pensamos que l ha permitido las dolorosas desilusiones que hemos experimentado.

 

Mentiras acerca de la vida:

 

  • Es imposible tener una relacin satisfactoria. Mejor no abrir mi corazn a nadie, porque slo resultar en tristeza y dolor.
  • Eso de amor desinteresado es slo una broma cruel. La realidad es que no existe tal cosa.
  • Todo el mundo busca solamente su propio bien. Lo utilizan a uno, y luego se van.
  • Nunca puedo experimentar gozo y satisfaccin.
  • No importa que haga, las cosas no van a mejorar.
  • Slo un tonto espera algo bueno de la vida.
  • No necesito a nadie. Todos me defraudarn. Slo confo en m mismo.
  • El ao se compone de 365 desilusiones.

 

Mentiras acerca de nosotros mismos:

 

  • No sirvo para nada. Todo lo que trato de hacer est destinado a fracasar. Para qu intentar a hacer algo?
  • (Mujeres) Nadie me quiere, ni me puede querer, porque soy (fea, gorda, vieja, bruta, )
  • (Hombres) Nadie me quiere, ni me puede querer porque soy (un fracaso, dbil, cobarde, )
  • Como no soy digno, tengo que hacer algo para ganar el amor de Dios y de otros.
  • No tengo la fuerza de voluntad para sobresalir, entonces para qu luchar?
  • Soy tan vil pecador que Dios ya no quiere tener nada que ver conmigo.
  • Soy (iracundo, perezoso, vanidoso, malicioso, miedoso, ) No puedo cambiar, porque esa es mi manera de ser. Variaciones: No puedo cambiar porque as me criaron. No puedo cambiar porque esa es mi herencia gentica. No puedo cambiar porque toda mi familia es as.
  • He cometido el pecado imperdonable. Ya no hay esperanzas para m.
  • Soy creyente de segunda clase. Dios ya no me puede usar, porque le he fallado tantas veces.

 

Mentiras acerca de Dios.

 

  • Dios no es bueno o Dios no me ama. Si fuera justo y misericordioso (o si me amara), no hubiera permitido que sucediera tal cosa. (Este pensamiento es muy comn despus de eventos traumticos como: la infidelidad del cnyuge, la muerte de un ser querido, una enfermedad seria, una violacin, la prdida de trabajo, la prdida de un miembro del cuerpo, etc.)
  • No puedo confiar en Dios. Si l ha permitido tanto dolor en el mundo y en mi vida, cmo voy a

entregarle mi futuro?

  • Dios no puede ser bueno y a la vez todopoderoso, porque hay demasiado sufrimiento en el mundo. Si Dios es bueno, no tiene poder para cambiar las cosas. Si tiene poder, no es bueno, porque ya hubiera acabado las guerras, hambrunas, y dems desastres. En cualquiera de los casos, no es digno de confianza. Todos estos pensamientos son decepciones, pero a causa de nuestras desilusiones, parecen ser la verdad.

Creer estas mentiras distorsiona nuestras decisiones, nuestras relaciones con otras personas, y nuestra relacin con Dios.

 

  1. De dnde provienen las mentiras? Efesios 2:1-3.

 

Tenemos tres implacables enemigos que combaten contra nuestra alma. Se llaman el mundo, la carne, y el diablo. El mundo en este contexto se refiere a la cultura en que vivimos, con sus filosofas hedonistas, materialistas, y antibblicas. Est gobernado por Satans, y deja por fuera a Dios. La carne es esa parte de nuestro ser interior que ha sido corrompida por deseos y apetitos pecaminosos. Incluye los hbitos, preferencias, y costumbres que tenamos antes de conocer a Jess. El diablo es un ser maligno cuyo objetivo es destruir todo lo que Dios ama. Como Dios ama intensamente a la humanidad, Satans hace todo en su poder para daarnos, destruir nuestra vida, y apartarnos de Dios. Su herramienta ms efectiva es la mentira.

 

Del mundo. Nuestra cultura nos bombardea diariamente con mentiras:

 

  • La belleza fsica es lo ms importante de la vida (vase 1Pedro 3:1-4). Engao basado en la desilusin: Ya que no soy hermosa fsicamente, no podr alcanzar la felicidad.
  • El xito consiste en tener mucho dinero y bienes materiales (vase 1Juan 2:15-17 y Mateo 6:19-24).

Engaos basados en la desilusin: (pobres) Si tuviera dinero sera feliz. (ricos) Tengo todo y no estoy satisfecho, por eso la vida no tiene sentido.

  • El sexo fuera del matrimonio es perfectamente normal, y ms placentero que el que disfrutan los casados (vase Hebreos 13:4). Engaos basados en la desilusin: 1) Necesito muchos compaeros sexuales para disfrutar plenamente. 2) Dios ya no me puede perdonar porque soy demasiado depravado. 3) No existe el verdadero amor.
  • Todo lo que el hombre necesita para superarse est dentro de l mismo (vase Juan 15:4-5 y Filipenses

4:13). Engao basado en la desilusin: La felicidad y satisfaccin son para otros.

  • Date gusto. Tener cierto (vestido, carro, compaero sexual, computador, carrera, etc.) te har feliz (vase Lucas 12:15 y 1Timoteo 6:6-10). Engao basado en la desilusin: Esta vida es una broma cruel. No se puede encontrar satisfaccin en nada.

 

Del pecado en nuestro interior (la carne):

 

Cuando pasamos por experiencias de desilusin, nuestra reaccin natural es todo lo contrario a lo que Dios pide de nosotros. Los hbitos, apetitos y deseos dominados por el pecado nos impulsan a rechazar a Dios, vengarnos, y buscar satisfaccin en las cosas de este mundo. En vez de entregar la situacin a Dios y descansar en l, tratamos de solucionarlo por nuestros propios medios, y fracasamos vez tras vez. Esto produce en nosotros desesperacin, amargura, y ms rebelin contra Dios. Andamos en oscuridad, y no vemos luz por ninguna parte (Proverbios 4:19, Romanos 7:15-24, Romanos 8:7-8).

 

De Satans: El gran objetivo de Satans es apartarnos de Dios. Algunas de sus mentiras:

 

  • (Cuando alguien nos defrauda) Nadie se preocupa por mi. No puedo confiar en nadie (incluyendo a Dios).

 

  • (Cuando pecamos) Cmo podra yo hacer tal cosa? No sirvo para nada. He cometido tantos pecados que Dios ya no me quiere, o no me puede perdonar. Dios no me podr usar en su servicio ya que he pecado gravemente. He perdido lo mejor que Dios tena para m, y nunca lo podr recuperar.
  • Satans es el autor verdadero de todos nuestros pensamientos negativos acerca de Dios: Dios es injusto.

No puedo confiar en Dios. Dios est tan lejos que no lo podr alcanzar. Dios es tan severo que tengo que hacer muchas buenas obras para merecer su amor y perdn.

  • Satans nos ataca a travs de nuestra familia y nuestros amigos (Mateo 16:21-23).

 

 

 

 

COMO RESPONDEMOS A LAS MENTIRAS?

 

Sin darnos cuenta, las mentiras que creemos con base en nuestras desilusiones empiezan a gobernar nuestra vida. Reaccionamos de diferentes maneras segn la decepcin en que hemos cado, y segn nuestro propio temperamento.

 

  1. Tratamos de esconder lo que percibimos como inadecuado en nosotros. Ejemplos:

 

  • Tratamos de pasar por desapercibidos. Nos volvemos muy tmidos. No iniciamos conversaciones.
  • Criticamos y/o condenamos a otros. Llamamos la atencin a las fallas de ellos para que la gente no se fije en las nuestras.
  • Nos ponemos un disfraz de vocabulario, ropa, o bienes ostentosos para tratar de aparentar algo que no somos. Queremos que la gente se fije en la imagen que proyectamos, y no en los defectos que percibimos en nuestra vida.

 

  1. Limitamos nuestros deseos y esperanzas.

 

  • Pensamos que si no esperamos mucho, no sufriremos el dolor de la desilusin.
  • Tenemos miedo de amar y de recibir amor.
  • Dejamos de soar con nuevos horizontes porque consideramos imposible alcanzarlos.

 

  1. Buscamos consolacin en personas, actividades y cosas inadecuadas. Es como el nio que anhela el consuelo de su mam quien est ausente, y abraza a su osito de peluche. El osito le da un falso sentido de seguridad momentnea, pero en realidad no puede protegerlo, consolarlo, ni amarlo. Nosotros tenemos muchos ositos de peluche:
  • Vicios y diversiones que inevitablemente daan a los que los practican: la borrachera, el sexo libre, las rumbas desenfrenadas, la pornografa, etc.
  • Cosas legtimas que, por buenas que sean, no satisfacen el alma: la comida, los pasatiempos sanos, los

animales consentidos, la naturaleza, etc. Podemos y debemos disfrutar de estas cosas con moderacin, pero cuando llegan a dominar nuestra vida, estamos pecando.

 

  1. Nos amargamos.

 

  • Nos quejamos de nuestra situacin, las personas que estn alrededor, y de nuestra mala suerte.
  • Nos llenamos de ira y resentimiento. Estallamos contra los que percibimos como culpables de nuestro dolor. Vivimos de mal genio.
  • Hacemos exigencias excesivas a otras personas, tratando de obligarles a satisfacer nuestras necesidades emocionales. Les hacemos la vida imposible, y nuestra desilusin slo aumenta. Nadie sino Dios puede satisfacer el alma.
  • Nos volvemos duros y vengativos. No nos satisface nada. Vivimos meditando en cmo podemos cobrarles a otros las ofensas reales o imaginarias que hemos sufrido.
  • Culpamos a Dios por nuestras desilusiones y nos llenamos de resentimiento porque l no hace nada para aliviar nuestra situacin.

 

  1. Nos damos por vencidos.

 

  • El cansancio y el desnimo caracterizan nuestra vida. (No se refiere al cansancio normal que resulta de trabajo fsico o mental, sino al cansancio insidioso del alma que aumenta da a da y que no se quita con el descanso normal.)
  • Caemos en la depresin. El mundo parece del todo negro. No hay esperanza. No hay placer ni deleite en

nada. No hay energa ni ganas de hacer nada.

  • Quedamos convencidos de que nada ni nadie puede mejorar nuestra situacin.

 

  1. Tratamos de comprobar que la mentira es falsa.

 

En este caso no aceptamos como verdad las decepciones de la desilusin, pero estas mentiras dominan nuestra vida porque vivimos negndolas. Este truco satnico tiene muchos disfraces:

  • Mentira: Mi opinin no tiene ningn valor. Reaccin: Me vuelvo terco, obstinado, y dominante para probar que mi opinin tiene mucho peso.
  • Mentira: No sirvo para nada. Reaccin: Lucho por ganar xito econmico, social, o poltico. Al alcanzar mi meta me desilusiono an ms, porque el xito terrenal no satisface el alma.
  • Mentira: Me han dicho: Tu matrimonio fracasar. Reaccin: Aunque haya problemas en el matrimonio,

no busco ayuda. Fuera del hogar aparento estar muy satisfecho.

  • Mentira: No merezco el amor. Reacciones: 1) Busco relaciones sexuales con muchos compaeros. 2) Demuestro satisfaccin con una vida solitaria cuando en realidad no estoy contento. 3) Trato de comprar el amor haciendo favores, dando regalos, etc.

 

EL CAMINO HACIA LA VERDAD, LA LIBERTAD, Y EL DESCANSO.

 

  1. Tenemos que reconocer las mentiras que hemos credo por causa de nuestras desilusiones.

 

Esto es bsico. No podemos encontrar paz y felicidad mientras abrigamos decepciones acerca de la vida, de nosotros mismos, y de Dios. Antes de poder solucionar un problema, tenemos que reconocerlo. El enfermo solamente busca al mdico cuando se da cuenta de que tiene una enfermedad. Medita en 1 de Juan 1:5 al 2:2, Efesios 5:14-17, y Romanos 13:11-14.

 

  1. Tenemos que entregar el control de la vida, los pensamientos, y las emociones a Dios.

 

Mientras tratemos de librarnos por nuestros propios esfuerzos de los engaos que nos esclavizan, fracasaremos. Necesitamos el poder de Dios operando en nuestra vida. Entre ms confiamos en el Seor, ms libertad tendremos de los hbitos y las reacciones pecaminosas que nos tienen dominados. Medita en 1 de Pedro 5:5-7, Juan 15:1-5, Romanos 12:1-2, Santiago 4:7-10.

 

  1. Tenemos que reconocer cmo las antiguas desilusiones afectan nuestra vida.

 

En oracin debemos repasar en nuestra mente las desilusiones que hemos sufrido, y pedir a Dios que nos muestre cmo nos estn afectando nuestra vida actualmente. Una mujer reconoci que los disgustos que tena con su esposo cuando de vez en cuando l olvidaba un compromiso, eran una reaccin a las desilusiones que haba sufrido de nia porque su padre habitualmente le incumpla. Un hombre reconoci que la tentacin de visitar rameras provena de una niez carente de amor. Trataba de llenar el vaco en su corazn con consoladoras provisionales.

Sentimientos de ira muchas veces disfrazan desilusiones pasadas. Una mujer se airaba cuando su esposo contestaba por ella. Al examinar su reaccin, reconoci que su ira provena de un sentimiento profundo de incapacidad e inseguridad. Con su ira estaba reaccionando a la mentira que no poda hacer nada bien. Medita en Salmo 26:2-3, Salmo 139:23-24, 1Corintios 11:32.

 

  1. Tenemos que invitar a Dios entrar en las partes heridas de nuestra mente y personalidad.

 

De la misma manera que invitamos a Jess a entrar en nuestra vida para recibir la salvacin, podemos invitarle a entrar en las partes heridas de nuestra alma. El no entra sin ser invitado, pero cuando le damos entrada, sana nuestras heridas, nos asegura de su amor, y limpia nuestros pecados ocultos. Medita en Apocalipsis 3:20, Salmo 51:1-12, y Efesios 2:4-10.

 

  1. Tenemos que aprender a escuchar la voz de Dios.

 

Dios nos habla de estas maneras: La Biblia, consejeros espirituales, literatura y conferencias que son fieles a la Biblia, y en nuestros pensamientos.

Podemos distinguir la voz de Dios de esta manera: Los pensamientos que vienen de Dios siempre estn de acuerdo con la Biblia. Concuerdan con el carcter de Dios, y nos animan a obedecerle. Cualquier pensamiento que contradice la palabra de Dios viene del enemigo. Si el pensamiento alimenta sentimientos de amargura, rebelin, autocompasin, desnimo, o aislamiento de Dios y de otros, es nocivo. Medita en Juan 10:27-30,

1Pedro 5:8-11.

 

 

 

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