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“No somos un ministerio grande, pero sí somos un gran ministerio”

Cundo debemos ejercer el perdn?

Cundo debemos ejercer el perdn?

Autor: Stanford Orth

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Perdn. Qu hermoso concepto! Hermoso para el que perdona porque reemplaza el resentimiento, el odio, el
dolor, el estrs y el deseo de que el otro siente igual dolor. Hermoso para el que es perdonado porque es
librado de la carga pesada de la culpa, la amargura, el dolor, el temor, el enojo y la ansiedad. Alivio,
tranquilidad, gozo, paz y amor son los frutos del perdn.
En un mundo de pecadores, ofensas e injusticia, el perdn es el nico mecanismo que puede restaurar y
mantener las relaciones entre las personas. Algunos lo estn viendo ahora tambin como la clave de la
reconciliacin entre sociedades y naciones.
El perdn debe ejercerse en circunstancias muy variadas: 1) pequeas molestias u ofensas que el amor y la
paciencia nos motivan a perdonar y pasar por alto sin que trasciendan, 2) ofensas personales que rompen la
comunin con otra persona, 3) un abuso, injusticia o acto criminal reciente o de hace mucho tiempo, que
impacta la personalidad y afecta otras relaciones, 4) pecados que afectan la vida y el testimonio del cuerpo de
Cristo y requieren disciplina y restauracin espiritual. En realidad los problemas son como un continuo
infinito con pequeas molestias en un extremo y pecados serios y criminales en el otro.
El perdn tiene pasos imprescindibles que no siempre suceden simultneamente. Un aspecto es la decisin de
la voluntad de no buscar la venganza, o sea, de no buscar que la otra persona pague con algn dolor
(emocional o fsico) por su ofensa. El segundo aspecto es emocional: dejar de sentir el resentiminento, el odio
y la amargura hacia la otra persona.
Una meta del perdn es la reconciliacin de las personas. Sin embargo, a veces no es posible inmediatamente
o tal vez nunca, porque requiere que las dos partes cambien actitudes y acepten la nueva relacin. Lo que nos
ensea y nos motiva poderosamente a tomar los pasos del perdn y la reconciliacin es el ejemplo de Dios. El
perdn est basado en el amor, la misericordia y la gracia.
EL PERDN DIVINO.
La Biblia nos provee el modelo del perdn. Es un perdn motivado por el amor y la gracia. El perdn tiene
que ser un regalo porque no es merecido. El perdn requiere sacrificio y humillacin. El que perdona est
cediendo su derecho de castigar, de causar dolor y de hacer que la otra persona pague por su error. Nuestro
Dios omnipotente y santo hizo el arreglo a travs de la humillacin y el sacrificio de su Hijo para quitar la
culpabilidad y al fin la pecaminosidad del pecador arrepentido. La ira de Dios se manifest contra s mismo en
la persona de su Hijo. En vez de hacer que el hombre pagara su deuda con castigo, dolor y prdida, Dios
mismo acept las consecuencias.
Charles Swindoll cuenta la experiencia de un universitario cristiano que l llama Aarn. Aarn or por varios
meses que Dios le diera un ministerio para los meses de vacaciones. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa
por el Seor. No result nada y entonces, l acept un empleo de pilotear un bus en el sur de Chicago. Fue una
rea peligrosa y subi al bus un da una pandilla de jvenes que no pagaron y se burlaron de Aarn y de otros
pasajeros. La segunda vez que sucedi, Aarn par el bus delante de un policia quin oblig a los miembros
de la pandilla a cancelar su pasaje.
Pero, unas cuadras adelante, ellos asaltaron a Aarn. l despert ms tarde con su ropa manchada de sangre.
Haba perdido dos dientes, sus ojos estaban hinchados y haba perdido su dinero. El bus estaba vaco. Volvi a
la terminal, se fue a su apartamento, se acost y mir el cielo con incredulidad pensando en cmo Dios pudo
haber permitido tal cosa. Resentimiento, confusin, enojo y dolor fsico le acosaron. El lunes, Aarn decidi
entablar un juicio contra la pandilla. Los jvenes fueron arrestados y testigos se ofrecieron. En la primera
audiencia con el juez, Aarn enfrent las miradas de odio de la pandilla. Pero de repente, sinti otra actitud:
de compasin y misericordia. Dios le ense que ellos necesitaban ayuda ms que odio. Despus que los
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jvenes aceptaron su culpabilidad, para la sorpresa de su propio abogado y los dems en el saln, Aarn pidi
la palabra y dijo:
Seor juez, suplico que sume los das de castigo que estos deben sufrir y pido que me permita ir a la
crcel en su lugar.
Los ojos de los miembros de la pandilla se abrieron con incredulidad. El juez y los abogados quedaron mudos.
Al fin el juez dijo que Aarn estaba fuera de ordenque nunca haba sucedido tal cosa. Aarn contest:
S, seor juezs, sucedi. Aconteci hace ms de diecinueve siglos cuando un galileo sufri la
condena que toda la humanidad mereci.
Entonces, por tres o cuatro minutos, sin interrupcin, Aarn explic como Jesucristo muri en nuestro lugar,
manifestando el amor y perdn de Dios. El juez no concedi la peticin de Aarn pero l visit a los jvenes
en la crcel y la mayora lleg a conocer a Cristo. Dios contest la oracin de Aarn y le abri un ministerio
significativo a muchos otros jvenes en el sur de Chicago. El perdn es requisito del servicio a Dios y abre
puertas para bendecir a muchos.
Ahora, es asombroso pensar que Dios ha dicho que nosotros hemos de perdonar a otros como Dios tambin
os perdon a vosotros en Cristo (Efesios 4:32; Colosenses 3:13).
CUL ES EL VERDADERO PERDN? Y QU NO ES EL PERDN?
Tal vez debemos contestar primero la pregunta, Qu no es el perdn? No es necesariamente olvidar el
acontecimiento. El cerebro es un rgano maravilloso que retiene miles y miles de datos por mucho tiempo. Sin
embargo, Dios nos puede ayudar a guardar muy adentro esa memoria para que no seamos conscientes de ella.
El perdn no es igual a la reconciliacin. La reconciliacin requiere la respuesta positiva de dos personas, pero
una persona ofendida puede y debe perdonar a la otra aun si la otra no permite la reconciliacin. Tampoco el
perdn aprueba la conducta incorrecta o pecaminosa. La ofensa o el acto pecaminoso siempre es una conducta
mala e inexcusable. Es importante reconocer que uno no perdona porque ha decidido que el otro no cometi
un error. Si ninguno fall, entonces, no hay necesidad de perdonar. Tambin, debemos reconocer que uno no
ha perdonado slo porque ha usado las palabras del perdn. El perdn comienza con una decisin y postura
dentro del corazn.
El perdn no es negar la gravedad, la importancia o la realidad de la ofensa, error o pecado. Tampoco, niega la
realidad de los sentimientos que el ofendido ha experimentado a raz de la ofensa. Finalmente, el perdn
personal no es un acto legal que libra a la persona de todas las consecuencias o penalidad en que puede
incurrir el ofensor. El perdn del que hablamos aqu es la postura que toma una persona ofendida en su
relacin personal con la persona que le ofendi.
Entonces, cmo podemos definir el perdn? Es la respuesta misericordiosa a una persona quien ha lastimado
con injusticia. Los dos aspectos son: 1) la decisin de remitir la culpa y cancelar la deuda personal. El que
perdona deja de buscar que la otra persona sufra por su error. 2) En segundo lugar, la persona que perdona
vence y deja los sentimientos negativos como el resentimiento y el odio. En su lugar, l busca el bienestar del
ofensor. Otra manera de decirlo es que el perdn libera a la otra persona de la venganza (acto de la voluntad) y
le desea el bienestar (cambio en las emociones). Esta segunda parte, el desarrollo del sentimiento positivo,
puede llevar un tiempo y ser gradual.
El perdn siempre se comunica a la otra persona? No siempre. McQuilkin menciona las pequeas ofensas
diarias que el amor sencillamente pasa por alto. Pasar por alto una ofensa, error o pecado es una manera de
perdonar. En este caso, si le decimos al ofensor que le hemos perdonado cuando posiblemente ni se dio cuenta
de su error, entonces, es una manera de reprocharle o causarle dolor. Entonces, en estos casos el perdn
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sucede nicamente en el corazn. Dejamos de responsabilizar y de querer que sufra (ni que se d cuenta) el
otro.
CULES SON LAS CARACTERSTICAS DEL PERDN?
Reconocemos los sentimientos. No hemos de negar los sentimientos de dolor, enojo o vergenza sino
reconocer estas emociones y comprometernos a hacer algo al respecto. El perdonar incluye el enfrentar el mal
que le fue hecho. Incluye tambin el enfrentar el dolor que le ha causado y las emociones que resultaron de
odio, ira, venganza, etc. Se acepta la presencia del dolor sin expresarlo hacia otras personas, aun hacia el
ofensor. Debemos identificar la conducta ofensiva de la persona y no solamente la persona que nos lastim.
Estas emociones de dolor deben llevarnos al Seor como en el caso de David en el Salmo 73.
El perdn se basa en la misericordia. Debemos reconocer que el perdonar es difcil. Viola nuestro concepto
de la justicia pero se basa en la misericordia y la gracia (Tito 3:5). No sentimos que la persona merece ser
perdonada. Debemos enfocar lo que Dios hizo por nosotros en Cristo (Efesios 4:32). Slo as podemos tener la
gracia para perdonar. Reflexionemos que nosotros tambin somos pecadores, que habamos incurrido en una
deuda infinita con Dios cuando l envi a Jess para humillarse y sacrificar su vida para nuestro perdn.
Perdonar es una crisis de la voluntad. El primer paso no trata de las emociones. Estoy dispuesto a
perdonar? Aunque los sentimientos no estn en juego en este momento, estoy dispuesto a aceptar nuevas
emociones cuando vengan? Las emociones pueden requerir tiempo para sanarse y alcanzar estar a la par con la
decisin que hemos tomado. Sin embargo, si arrullamos el odio, estamos dando lugar a Satans. Hemos de
hacer una decisin consciente de no buscar venganza, causar dolor o tolerar el resentimiento contra la persona.
En su lugar, hemos de decidir perdonar y rechazar esos deseos. Es una conversin del corazn y de las
actitudes.
EL PERDN EN LA VIDA DEL CRISTIANO.
El cristiano ha experimentado el perdn de Dios. Ms que cualquier otra persona, el cristiano debe entender la
belleza del perdn y cmo llevarlo a cabo. Tambin el cristiano debe entender que es imprescindible intentar
reconciliarse con otras personas, especialmente con otros miembros del cuerpo de Cristo. El Nuevo
Testamento ensea que el creyente no puede andar con Dios y no amar y buscar estar en paz con sus
hermanos. An, hasta donde sea posible, ha de estar en paz con los no creyentes y sus enemigos (Romanos
12:17-21; Marcos 12:31; Mateo 5:44-48). Si va a estar en la voluntad de Dios, el cristiano no tiene opcin al
respecto.
CUANDO UNO MISMO ES EL OFENSOR.
Mateo 5:23-24 ensea nuestra responsabilidad en estos casos:
Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y all te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja
all tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcliate primero con tu hermano, y entonces ven y
presenta tu ofrenda.
Aprendemos varios detalles sobre nuestra relacin con Dios y con otros. Si hemos ofendido a otra persona,
este pecado impide nuestra comunin con Dios. Antes de presentar a Dios los sacrificios de adoracin,
sumisin, amor, peticiones y comunin con l, es necesario tomar pasos para reconciliarnos con la otra
persona. Dios. (En el Antiguo Testamento, estos sacrificios fueron animales que llevaron al sacerdote en el
tabernculo o el templo para ser sacrificados a Dios). Reconciliarse con otra persona tiene tanta prioridad que
el creyente deja de buscar a Dios para salir a buscar al otro. Swindoll dice que el procedimiento es 1) dejar, 2)
ir, 3) reconciliar y 4) regresar.
El ofensor ha de iniciar la accin. Muchas situaciones son complejas y no es muy evidente quin tiene ms
responsabilidad por el problema. En estos casos tambin, el cristiano debe tomar la iniciativa porque la
reconciliacin es tan importante. Reconciliar es la palabra clave. Significa cambiar o renunciar la enemistad
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por la amistad, dejar la hostilidad. Lo ideal es hacerlo personalmente pero, si no es posible, se ha hecho por
carta o por telfono. Hemos de confesar el mal y nuestra tristeza por la ofensa, buscando el perdn del otro.
Entonces, estaremos en paz con la persona y libres para volver a buscar a Dios.
Qu sucede si la persona no acepta mi iniciativa y no perdona? Nosotros determinamos nuestro acto pero
no podemos controlar la respuesta de la otra persona. Soy responsable por cumplir con mi parte con humildad
y arrepentimiento. Debo hacer lo que pueda. Dios usar mi obediencia en mi propia vida y en la de la otra
persona. A veces la otra persona necesita tiempo. Tal vez necesita tiempo para que pase la sorpresa, para que
interprete la actitud ma o para que reflexione su propia actitud y para que Dios cambie su respuesta. La
balanza se ha inclinado en la otra direccin porque ahora l no puede culpar al ofensor en la misma manera. l
mismo siente la culpa de no aceptar la reconciliacin. Swindoll recuerda como le cost al rey Sal darse
cuenta de la sinceridad de David quien no quera hacerle dao.
Es importante aprender a pedir perdn. Pedir perdn es un acto de honestidad con uno mismo y con otro.
Requiere sacrificarse y humillarse para una finalidad muy importantevolver a la comunin con Dios y
buscar la comunin con otro. Pedir perdn es ms difcil para algunos que para otros. Debemos aprender a
reconocer nuestras fallas y nuestra culpa temprano en la niez. Sin embargo, en algunas familias, creen que es
demasiado humillante el pedir perdn. Los padres no ponen el ejemplo de pedir perdn el uno al otro, ni a los
hijos y otros cuando han pecado. No ensean y exigen que los hijos lo hagan. Estas personas han perdido la
clave para cultivar y mantener las buenas relaciones con otras personas. Parece que piensan que es el tiempo
el que sana las heridas. Entonces dejan pasar el tiempo y esperan que todos olviden la ofensa.
Dios ense la nica manera de mantener las relaciones amistosas en un mundo de pecadores. Aunque l no
haba fallado, tom la iniciativa, se humill, hizo el sacrificio personal ms grande, busc que el hombre se
humillara tambin, reconociera el pecado y aceptara el regalo del perdn y la reconciliacin. Nos ense la
nica manera de reparar las relaciones rotas. No es el tiempo. Es la humildad y el reconocimiento.
No sera suficiente confesar el pecado a Dios? Sera mucho ms fcil emocionalmente no tener que
humillarnos delante de otros. Muchas veces no es conveniente comunicarnos con una persona que est lejos o
que no hemos visto o tratado por mucho tiempo. No es la relacin de una persona con su Dios lo importante?
El Sr. Swindoll nos ayuda a entender que es importante comunicar nuestra confesin al ofendido. Se supone
que estoy saliendo del parqueo de la iglesia o del trabajo y conduciendo el carro en retroceso, choco con el
vehculo nuevo de mi amigo, Juan, dejando un gran golpe en la puerta. Yo veo el dao e inclino mi cabeza
para orar, Seor, perdname por ser tan negligente y no mirar bien antes de salir de mi lugar. Favor dale a
Juan la gracia y paciencia que necesita cuando vea el dao y provele para la reparacin del golpe. Juan ha
visto de lejos lo que hice y cuando le paso en la salida, le digo, Todo est bien, Juan. Confes el error a Dios
y or por t. No es maravillosa la gracia y perdn de Dios? Nos vemos. Estar bien todo ahora?
CUANDO UNO ES EL OFENDIDO.
Mateo 18:21-35 nos da la clave. Pedro hizo una pregunta al Seor. l haba captado que es bueno perdonar.
Entonces sugera que un creyente perdonara ms del doble de lo que los rabinos ensearon, que fue tres veces.
Perdonar siete veces debe ser ms que suficiente! Pedro senta que haba progresado en su entendimiento de
la gracia. Pero, la respuesta de Jess dej mudos a todos490 veces. Realmente no quera decir que
perdonramos solo 490 veces, sino que hemos de perdonar sin lmite.
Fue en esta ocasin que Jess cont del perdn de una cantidad infinita, muchos millones de dlares, a un
siervo del rey. El rey representa a Dios que nos ha perdonado una deuda de pecado sin lmite y el siervo
representa al creyente que ha recibido ese perdn. Ahora, qu har el siervo? Cualquier ofensa que otro hace
al creyente ser infinitamente menos que las ofensas a Dios que nos han sido perdonadas. Siempre hemos de
perdonar, vez tras vez, tras vez, tras vez, hasta el final. Pero el siervo en la historia no tena misericordia
cuando le deban menos de $20.00. Le ech a su compaero en la crcel hasta que pagara.
El perdn, pgina 5
El clmax y aplicacin del relato ensea la importancia del perdn. Cuando el rey supo de la falta de
compasin del siervo, fue furioso y le entreg a los verdugos hasta que pagara todo lo que le deba. El Dr.
Swindoll seala que aprendemos dos principios. Primero, que no perdonar es ser hipcrita. El cristiano ha sido
perdonado de una deuda infinita de culpabilidad. La compasin y misericordia de Dios nos llaman y nos
obligan a mostrar misericordia con otras personas.
En segundo lugar, rechazar nuestra obligacin de perdonar nos traer tormento interno. Swindoll explica que
la palabra se usa en versculos que hablan de una persona sufriendo tremendo dolor, aun la agona del
infierno. Se usa del tormento de Lot quien afliga cada da su alma justa, viendo y oyendo los hechos
inicuos de sus vecinos (Mateo 8:6; Lucas 16:23-24; 2 Pedro 2:8). Aqu en Mateo 18:34 Jess se refiere a
tormentadores, un sustantivo. Dice que el creyente que no perdona ser entregado a pensamientos,
sentimientos, miseria, separacin, resentimientos, intranquilidad que le atormentarn hasta que uno se someta
a la voluntad de Dios y perdone. Puede ser un maestro o socio que no le trat justamente, padres que no
mostraron amor o que abusaron de usted, un ex cnyuge que le hizo la vida insoportable o lderes de una
iglesia que le hicieron sufrir. Dios dice que hemos de perdonar. Cristo ense la gran importancia de perdonar
cuando dijo que, si no perdonamos, tampoco nos perdonar Dios (Mateo 6:14-15; Marcos 11:25-26; Lucas
11:4).
Qu sucede si el culpable no lo reconoce y no pide perdn? Mateo 18:15-17 bosqueja un procedimiento
que Cristo ensea cuando la persona es un creyente. Primero, nos acercamos personalmente al ofensor. Este
ministerio es lo que Pablo ensea en Glatas 6:1. l y otros autores hablan de exhortarnos los unos a los otros
(Colosenses 3:16; Hebreos 10:25). Pero, si la persona todava no reconoce la falta, Jess ense que otro vaya
con nosotros y finalmente que busquemos la ayuda de los oficiales de la iglesia. Este proceso puede ocupar un
perodo de tiempo para darle oportunidad a la persona para que cambie su actitud. Hemos de ser sensibles a la
voluntad de Dios para decidir si la ofensa fue de suficiente importancia para llevar este proceso. Tenemos que
juzgar con honestidad si estamos motivados por el orgullo o prdidas personales ms que el bienestar
espiritual del hermano y de la iglesia.
Cul debe ser mi actitud hacia la persona que no ha mostrado arrepentimiento? Tengo que perdonar
aun cuando la persona no reconoce su falta? Perdona Dios cuando no nos hemos arrepentido? El Dr.
McQuilken observa que los cristianos en un conflicto de iglesia a menudo no piden perdn y no se sienten
culpables; aun pueden pensar que han hecho la voluntad de Dios.
McQuilken explica que hemos de distinguir entre el amor y el perdn oficial o legal. Hemos de aprender algo
ms del patrn divino. Dios perdona al no creyente hasta que haya arrepentimiento. Sin embargo, Dios ama a
todos. Su amor es sin lmite. Los sentimientos de resentimiento y amargura no estn presentes. El amor
siempre debe moldear la manera que nos relacionamos con las personas, sea amigo o enemigo. El amor
cancela la deuda? No automticamente. Cuando se llena la condicin del arrepentimiento, s. El amor libra
del resentimiento y la amargura? Siempre!
Aunque amamos a la persona, 1 Corintios 5:11 muestra que el creyente no puede tener una relacin y
comunin normal con otro creyente que vive en desobediencia a Dios. Los creyentes le aman, oran por l y le
animan a cambiar pero le muestran que no pueden disfrutar la comunin con l. (Note que esta separacin
entre cristiano y cristiano no aplica a la relacin entre cristiano y no cristiano, segn 1 Corintios 5:9-10.)
Si el ofensor se arrepiente y el cristiano le ha perdonado, siempre disfrutar las libertades y privilegios
de antes? Es muy posible que esta persona ahora no califique para ocupar un puesto de ministerio en la
iglesia. En parte es porque no goza del mismo respeto de sus hermanos y ha dejado de ser ejemplo a los
dems. En otros casos, si la persona ha cometido un delito, es posible que los tribunales le apliquen un
castigo. El perdn personal o el perdn de la iglesia no pueden evitar estas consecuencias en su vida. Si, por
su ofensa, est separado o divorciado de su cnyuge o ha perdido su empleo, no necesariamente es sabio que
el cnyuge o el jefe le reciba de nuevo. Depende del error y las circunstancias de su pecado. Estas
limitaciones no son castigos o venganza. No indican que no ha sido perdonado por Dios, sus hermanos en la fe
o su cnyuge.
El perdn, pgina 6
En estos casos vemos que el pecado a veces trae consecuencias inevitables y, a veces, irreversibles aun cuando
los ofendidos han perdonado en lo personal, han dejado los sentimientos en su contra y buscan el bienestar de
la persona. Podemos darnos cuenta de este principio al reconocer que, en la providencia de Dios, muchas
consecuencias del pecado no terminan cuando una persona recibe a Cristo y recibe el perdn de Dios.
CMO CONTRIBUIR A SANAR LAS EMOCIONES NEGATIVAS?
Hemos notado que los sentimientos negativos no necesariamente desaparecen inmediatamente cuando
tomamos la decisin de perdonar. Entonces, qu podemos hacer para cultivar los sentimientos que glorifican
a Dios, que sanan la relacin con la persona que hemos perdonado y que tambin contribuyen a mejores
relaciones con otras personas?
Reflexionar sobre la vida de Jos en Gnesis. Jos sufri muchas injusticias a manos de sus hermanos,
luego como siervo en la casa de Potifar y finalmente en la prisin. A pesar de todo, despus de estas
experiencias l no permiti la amargura, reconoci la mano de Dios en los eventos, perdon a sus hermanos y
fue una bendicin y un salvador para su familia, la nacin de Egipto y otros pueblos. Dijo: para preservacin
de vida me envi Dios delante de vosotros.no me enviasteis ac vosotros, sino Dios (Gnesis 45:5, 8).
Aunque sea difcil reconocerlo, Dios est en las experiencias ms duras que pasamos. Est formndonos, est
formando a otras personas y est creando oportunidades para que seamos de bendicin a otros y para que l
sea glorificado.
Ser paciente con el otro. No esperemos que lo que hemos hecho resulte en cambios inmediatos en las
personas que nos ofendieron. Procuremos entender a las personas que nos lastimaron. Ellos tambin son
vctimas de los pecados de otros. Esto no excusa su pecado pero debe ayudarnos a dejar nuestro dolor y
disfrutar el perdn que hemos extendido. Hemos de recordar que la muerte de Cristo cubri los pecados de
ellos, aun cuando todava no se han dado cuenta o no han aceptado a Cristo todava.
Pensar en el ofensor de otra manera. Debemos tratar de pensar en el ofensor en una manera diferente,
intentar verlo desde la perspectiva de l. Hemos de escoger extender misericordia, gracia y amor a la persona;
desear su bienestar. Reflexionemos sobre lo que significa para l y para nosotros ser librados de las cadenas
del odio y el resentimiento. Abrmosnos al alivio y la sanidad emocional. Agradezcamos a Dios la experiencia
de libertad y tranquilidad. (Adaptado de Roberto Enright citado en The Forgiveness Factor por Gary
Thomas).
Apropiar la paz de Dios. Sigamos la instruccin de Pablo en Filipenses 4:6-7. Entreguemos los afanes a
Dios en oracin, caminando en comunin con l, haciendo peticiones especficas relacionadas con las
emociones que sentimos, dando gracias a Dios por todo lo que ha hecho y est haciendo en nuestra vida.
Entonces, recibamos la paz de Dios que pasa todo entendimiento y que protege los pensamientos y el corazn.
Buscar el bien de la persona. Busquemos maneras de manifestar el amor y de buscar el bienestar de la
persona. Hemos de orar por ellos que encuentren la libertad del perdn. Pidamos a Dios ensearnos cmo
podemos servirles. Pidamos por su bienestar y busqumoslo en las oportunidades que tenemos.
Probablemente, nuestros sentimientos no apoyarn estos actos al inicio, pero poco a poco aprenderemos que
las emociones seguirn y apoyarn las acciones.
Cuidar las proyecciones negativas. Muchas veces el rechazo, la injusticia y el dao que hemos sufrido a
manos de otros ha creado emociones negativas muy profundas y ha afectado nuestra personalidad y nuestras
relaciones. Es comn que el rechazo que hemos experimentado lo proyectemos hacia otras personas. Es
pecado y es peligroso para nosotros seguir enojados con otros, con la iglesia o con Dios. Hemos de recordar
que la muerte de Cristo nos hizo tambin muertos al pecado y no debemos y no necesitamos seguir bajo su
control. Podemos escoger cedernos al control de Dios y permitir que su poder nos gobierne (Romanos 6:1-14).
No tenemos que actuar lo que sentimos. Podemos ceder el enojo a Dios quien es el que juzga justamente.
Tomar la perspectiva futura. Meditemos y practiquemos la perspectiva del apstol Pablo quin habl de su
imperfeccin, de su prctica de olvidar el pasado y de sus metas para el futuro:
El perdn, pgina 7
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello
para lo cual fui tambin asido por Cristo Jess. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrs, y extendindome a lo que
est delante, prosigo a la meta. (Filipenses 3:12-14).
Esperar en Dios. Es una experiencia maravillosa estar en Cristo, identificarnos con sus sufrimientos por
nosotros, conscientemente sentir tristeza por nuestras prdidas, ceder nuestra ira y perdonar a otros a la misma
vez. Ahora los viejos y negativos patrones de pensamiento pueden ser reemplazados por nuevos patrones.
Llegamos a ser canales de su vida y gracia. Nuestros corazones nuevos son ahora agradecidos, suaves y
compasivos. Donde la amargura y dureza de corazn tena el dominio, ahora la vida de Jess est libre para
expresarse con benignidad, fe, humildad, amor, gozo, paz, gentileza y disciplina. Qu bendicin tenemos si
aceptamos la solucin de Jess a los pecados que otros cometen contra nosotros! (Developing a Discerning
Heart, p. 190)
BIBLIOGRAFA
Developing a Discerning Heart. BEE International, 1997.
Robertson McQuilkin, Beyond Expectations, Canceling the Debt, When the Hurt
Remains, Moody Monthly, November 1994.
Gary Thomas, The Forgiveness Factor, Christianity Today, January 10, 2000.
Charles R. Swindoll, Improving Your Serve, Word Books, 1981.
Usado con permiso
ObreroFiel.com Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

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