“No somos un ministerio grande, pero sí somos un gran ministerio”

Cmo mejorar mi liderazgo?

Cmo mejorar mi liderazgo?

Autor: William D. Lawrence

Tomar La Cruz Como Lder

Bill Lawrence

Presidente de Formacin de Lderes Internacional

 

 

Glgota

El lugar de la calavera.

Brutal. Pblico. Vergonzoso. El sonido de los clavos siendo martillados a travs de la carne humana en la dura madera, de maldiciones, de gritos, llanto y suspiros. Est consumado!

 

La cruz se levanta como una desfigurada e irregular cicatriz en el horizonte de la historia. Asombrosa, ms all de toda comprensin o imaginacin: las criaturas crucificaron al Creador. Y ahora el Creador llama a las criaturas a llevar la misma cruz.

 

Cicern, el antiguo escritor romano escribi, Dejen que el nombre de la cruz est muy lejos no solo del cuerpo de un ciudadano romano, sino an de sus pensamientos, sus ojos y sus odos. [1] Los romanos pensaban que la sola palabra de la cruz era tan obscena como para no ser mencionada en las conversaciones cotidianas. Sin embargo, Jess nos llam a tomar la cruz y apropirnosla, a doblar nuestras espaldas como l dobl Su espalda y llev el horrendo peso de una terrible muerte. Por qu debemos hacer esto? Porque el tomar la cruz es la nica forma en que podemos negarnos a nosotros mismos, a la fuente de nuestros distorsionados intereses y nuestras mentes engaosas.

 

Es el yo quien busca un reino y una corona, tratando de seguir su propio camino, demandando dirigir en vez de seguir. El yo limita a los lderes y nos engaa para buscar la muerte en vez de la vida, y nosotros ni siquiera nos enteramos de lo que est sucediendo. Ninguno pudo haber sido ms sincero que Pedro ni ms seguro de que l estaba en lo correcto cuando se resisti a la cruz al reprender a Jess, sin embargo l estaba radical y dolorosamente equivocado. Este yo es tan engaoso y destructivo, que nos lleva a la muerte, mientras creemos que estamos echando mano de la vida. Decirle no al yo es resistir a la fuerza ms poderosa en nuestras vidas, aparte de la cruz y del Espíritu Santo. Somos impotentes para negarnos a nosotros mismos podemos decir las palabras, pero no podemos llevar a cabo las acciones. An si nos encontrramos solos en una cueva en el desierto, totalmente aislados de cualquier tentacin de cualquier ndole, an as haramos lo que el yo nos solicitara. Solo la cruz tiene el poder para tomar nuestro No! al yo y hacerlo una realidad.

 

Por qu?

 

Porque la cruz es ms que una memoria o una metfora; la cruz es una realidad, la expresin y la fuente de la poderosa gracia de Dios, derramada para todo aquel que responda, y sigue siendo hoy en da lo que fue en ese terrible Viernes Santo, la mayor manifestacin jams vista de la misericordia y el poder que Dios nos brinda para hacer Su voluntad. Los lderes no pueden dirigir sin una consciente dependencia de la cruz y su significado. Este es el punto que Jess remarc fuertemente con Pedro cuando le llam Satans a Su futuro lder, y le dijo que se apartara de Su vista. En ese momento l no pudo soportar siquiera el ver a Pedro, porque le recordaba tanto a Satans y la detestable tentacin que provena del ser creado ms poderoso en el universo, la tentacin para hacer la voluntad de Dios a la manera de Satans, al convertirse en gobernante de todo sin haber llevado la cruz. Qu fue lo que hizo tan atroz la respuesta de Pedro a Jess? Su enfoque, la fuerza impulsora detrs de sus acciones. Realmente, Pedro reprendi a Jess porque estaba preocupado por l, pero Pedro tambin estaba preocupado por l mismo. A Pedro le preocupaba que si Jess iba a la cruz, l tambin tendra que ir, y si eso sucediera, l nunca obtendra la corona que crea que le corresponda por haber seguido a Jess.

 

Como lderes, tenemos la misma expectativa que Pedro, la expectativa de recibir una corona de Jess, porque lo hemos dado todo por seguirlo a l. Pero es posible que no lo hayamos dado todo y es posible que ni siquiera hayamos estado siguiendo a Jess; en realidad podemos estar siguiendo nuestra voluntad en el nombre de Jess. No hemos renunciado a nuestra corona porque, al igual que Pedro, hemos puesto nuestra mente en los intereses del hombre, no en los de Dios. Y hacemos esto en el nombre de Jess; lo hacemos mientras decimos que hemos renunciado a todo, mientras estamos luchando por entregarlo todo, mientras buscamos por todos los medios renunciar a todo, mientras creemos sinceramente que ya lo hemos hecho. Sin embargo, tarde o temprano, como Pedro, descubrimos que hemos puesto nuestra mente en los intereses del hombre y no en los de Dios. Tarde o temprano, escuchamos el eco del reproche de Jess a Pedro viniendo a travs de los siglos hasta nosotros, y entonces escuchamos Su llamado a negarnos a nosotros mismo, a tomar la cruz, y a seguirlo.

 

Qu significa tomar nuestra cruz? Tomar la cruz es hacer un compromiso total y radical a la voluntad de Dios para que t seas dependiente del poder de Dios para ti, no solo de la voluntad de Dios para tu vida o la voluntad de Dios para tu carrera, o la voluntad de Dios para tu tica, o la voluntad de Dios para la clase de casa que compres o la clase de auto que manejes o lo que hagas para tu retiro o cmo manejes tu dinero o qu o cmo hagas cualquier cosa, a pesar de lo importante que sean estas cosas. Tomar la cruz no trata soloacerca de conductas externas; sino acerca de algo ms all de eso. Es acerca de la voluntad de Dios para ti -acerca de la clase de hombre o mujer en la que te ests convirtiendo, no solo respecto a cosas ms profundas, tales como la manera en que amas a tu pareja, o cmo educas a tus hijos o cmo honras a tus padres. No, es an algo ms profundo acerca de ti como persona, acerca de tus intereses y expectativas y de todo lo que est en tu corazn. Tomar la cruz es un compromiso total y radical a la voluntad de Dios para tu corazny al poder de Dios para vencer sus intereses, expectativas y demandas.

 

Pero, cmo tomamos nuestra cruz?

 

Siguiendo a Jess, no como un estilo de vida, sino como un estilo de muerte, como morir a uno mismo, que sucede cuando te vacas de ti mismo, te humillas, y te sacrificas.En otra parte, cuando Jess les pregunta a Sus discpulos si tienen el corazn endurecido (Marcos 8:17), l est hablando acerca del ego de ellos. As que si quieres seguir a Jess y convertirte en Su clase de lder, debes vaciarte de ti mismo, humillarte a ti mismo, y sacrificarte t mismo, para que puedas tomar tu cruz de acuerdo a Filipenses 2:5-8.

 

Vaciarte de ti mismo

 

Un corazn endurecido es un corazn que mira sin ver, que oye sin escuchar, y que acta sin impactar. Sucede as, porque est lleno de s mismo. Un yo as llena tanto los ojos, los odos y las manos, que los deja inutilizados, incapaces de ver u or a Dios, e incapaces de servirlo eficazmente. Esto es por lo que debemos conscientemente despojarnos de nosotros mismos, as como Jess lo hizo. l renunci a todas Sus prerrogativas, a todos Sus derechos, a toda Su gloria, a todo Su poder independiente que posea por derecho. l era Dios, pero se despoj a S mismo de todo lo que Su deidad le proporcionaba, aunque no de Su deidad misma. l lo hizo conscientemente, libremente y totalmente. Cuando l vino a la tierra, vino totalmente como un hombre, sujeto a la voluntad de Su Padre y dependiente del poder del Espíritu para tomar Su cruz.

 

Nosotros debemos hacer lo mismo. Debemos renunciar a todos nuestros derechos, a todo nuestros privilegios, a toda nuestra independencia, y sujetarnos a la voluntad del Padre a travs de la dependencia del poder del Espíritu. Haciendo esto es como tomamos nuestra cruz.

 

Esto no significa que como lderes renunciemos a nuestra responsabilidad o autoridad ms de lo que Jess lo hizo. Por el contrario, ganamos verdadera autoridad y cumplimos totalmente con nuestra responsabilidad, cuando nos vaciamos de nosotros mismos. Cuando Jess se despoj de S mismo, l lo hizo para Poder cumplir con la voluntad del Padre, lo que result en Su obtencin de toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra(Mateo 28:18-20). Jess ejerci autoridad sobre los fariseos y los saduceos, sobre los demonios y el diablo, an sobre los romanos cuando se entreg a ellos para su crucifixin. Jess demostr una autoridad que nunca habra podido ejercer si no se hubiera despojado de todo, a excepcin de la voluntad del Padre. As tambin lo hacemos nosotros cuando nos despojamos de nuestros derechos y del ejercicio independiente de nuestra voluntad para hacer lo que Dios quiere que hagamos aunque llegue a costarnos la cruz. Al igual que Jess. Nunca podremos convertirnos en lo que el Padre quiere que seamos aparte de la cruz, y nunca podremos tomar la cruz a menos que nos despojemos de nosotros mismos, de los ms profundos deseos y expectativas de nuestros corazones. As que consciente y devotamente nos despojamos de nosotros mismos, guiandonos por la Palabra y la voluntad de Dios, buscando diariamente avanzar progresivamente hacia nuestra vacuidad, para poder crecer progresivamente a la plenitud de Cristo. Esto requiere que nos humillemos.

 

Humllate

 

Por aos le las palabras de Pedro, Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios.(I Pedro 5:6) y me preguntaba cmo puede un hombre orgulloso humillarse a s mismo? Esa declaracin, dirigida a hombres orgullosos, me pareca contradictoria. Los hombres orgullosos solo pueden ser humillados; un hombre orgulloso no puede humillarse a s mismo. Entonces le puse atencin a un pasaje que haba ledo y an meditado incontables veces: se humill a s mismo, hacindose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.(Filipenses 2:8). As es como Jess tom la cruz: l se humill a s mismo al sujetarse totalmente a la voluntad de Dios para l, an cuando l or que Si fuera posible no tomara la copa de la crucifixin. Nosotros nos humillamos nosotros mismos cuando obedecemos a Dios sin importar lo que nos cueste, especialmente cuando nos cuesta la cruz con su vergenza y quebrantamiento y negacin de nosotros mismos. l se humill a S mismo al decir s cuando quera decir no; al hacer lo que Dios quera que l hiciera, aunque l sudara gotas de sangre al pensar en lo que le esperaba.

As que humllate: qudate donde ests, d que s cuando quieras decir nos, haz lo que Dios quiere, escucha las crticas, soporta la injusticia, toma la cruz, sufre la vergenza y entra a la resurreccin. nicamente esto har de ti el lder que Dios cre para llegaras a ser.

 

Sacrifcate

La voluntad de Dios llev a Jess a la cruz, y le cost Su vida; y la voluntad de Dios nos lleva a la cruz y nos cuesta nuestra vida al ofrecernos como sacrificios vivos a nuestro Padre. Nuestros corazones se vuelven ahora corazones de ofrenda,corazones que estn colocados en el altar de Dios a fin de sacrificar nuestros intereses, para que podamos enfocarnos en Sus intereses. Es as como amamos a nuestros enemigos; es as como bendecimos a aquellos que nos maldicen, es as como perdonamos la infidelidad; es as como acumulamos ascuas de fuego sobre las cabezas de los que nos daan. Es as como vemos nuestra debilidad transformada en el poder y la gloria de Cristo. Como lderes, todos anhelamos poder para llevar a cabo nuestro propsito, probar nuestro valor, y ganar nuestra gloria, y luchamos constantemente para lograrlo. Lo que a menudo no entendemos es que nuestra manera no es la manera de Dios, que el poder no proviene de nuestros propios logros, sino de la negacin de nosotros mismos, de la manera de Dios, que no tiene sentido para nosotros, pero que es el nico camino hacia el poder y la gloria.

Cuando tomamos nuestra cruz experimentamos la pena de muerte y esta pena es real, una copa que no queremos tomar. La crtica, el ataque, el rechazo, las calumnias, la confusin, los malentendidos todo esto y ms nos alcanza como lderes. Sin embargo algo ms llega con la cruz; gloria, la gloria del poder de la resurreccin de Cristo, la gloria de Su presencia, de Su aprobacin y bendicin, la gloria que podemos darle a l, la gloria que siempre habamos estado buscando, pero que la habamos estado buscando en los lugares equivocados.

Para ser el lder que anhelas ser, nigate a ti mismo, toma tu cruz, y sigue a Jess. Haz lo que hizo Jess: despjate de ti mismo, humllate a ti mismo y sacrifcate. Podras alguna vez convertirte en algo ms glorioso? Podras alguna vez dar ms gloria a Dios?

 

www.ObreroFiel.com Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

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