Celebramos al Señor en la Navidad?

Celebramos al Seor en la Navidad?

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Apenas ha comenzado noviembre y ya muchos nos aprestamos a celebrar la Navidad. Algunos se compran el rbol plstico ms grande, que puedan pagar, para exhibirlo orgullosos delante de todos, y se aprestan a festejar por todo lo alto, para lo cual, surten sus despensas con antelacin e invitan a numerosas personas. Es la fiesta por el aniversario del nacimiento del Nio Jess, ocasin en la que muchos se olvidan del homenajeado, e incluso, a veces seden su lugar a otros personajes de la tradicin.

Ya para los primeros das de diciembre, la ciudad se va llenando de los famosos arbolitos, con sus lucecitas, sus bolas de colores y los regalos de papeles brillantes; de piatas, que hacen la delicia de los nios y las nias; y de Santa Claus, el ms popular de los personajes que suelen sustituir al Seor Jesucristo, en las actividades por su aniversario.

Y aunque desafortunadamente, no todos experimentan gozo en estos das -por la tristeza, la amargura, la soledad o el dolor; generalmente asociadas a carencias materiales o afectivas, que se agudizan en este tiempo-, esta, por lo general, es poca de fiestas, de aguinaldos, y muchas tradiciones. Tan as resulta, que ya nuestras mentes se han acostumbrado a la idea de que la navidad es solo eso: comer, beber, hacer fiestas y, por supuesto, repartir muchos regalos, y buenos deseos, entre nuestros familiares y amigos.

Sin embargo, lo que celebramos el 25 de Diciembre, es mucho ms que eso. La Navidad (del latn: nativitas, nacimiento) es una de las fiestas ms importantes del Cristianismo, que conmemora el nacimiento de Jess de Nazaret, el Nio Rey o Mesas, ocurrido en Beln de Judea en tiempos del rey Herodes. Fue su madre una Virgen, tal y como se haba anunciado en las Sagradas Escrituras,[1] y su padre adoptivo; Jos, perteneciente al linaje de David, el ms famoso de los reyes de Israel.

El hecho tiene lugar a partir de que el ngel Gabriel le anunci a la Virgen María que ella iba a concebir al Mesas; ella aleg entonces, que necesitara un esposo, pues a pesar de estar comprometida con Jos, an no haba conocido marido. La respuesta del ngel en esencia fue, no necesitars un esposo, porque el Espíritu Santo vendr sobre ti y el poder del Altsimo te cubrir con Su sombra.[2]

Qu hara usted si de pronto su novia o su esposa le dice que est embarazada por obra del Espíritu Santo? Pues este, ni ms ni menos, fue el dilema al que tuvo que enfrentarse Jos, antes de que el ngel del Seor se le apareciera en sueos y le dijera que no temiera recibir a María su mujer, porque lo que en ella haba sido engendrado, era del Espíritu Santo.[3]

El nombre Jess significa Salvador, ya en Hechos 4:12 el apstol declara: Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres en que podamos ser salvos y la noche de su nacimiento, los ngeles declararon a los pastores: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Seor. [4]

Adn y Eva, expulsados del Paraso por su desobediencia, cayeron y arrastraron consigo a la raza humana. Por cuanto todos pecaron y estn destituidos de la gloria de Dios (Ro. 3:23). De manera que un Dios de Justicia, como el nuestro, no poda, as sin ms, condonar esa deuda, sin desdecir su propia justicia. Dems est decir, que ninguno de los corderos, que frecuentemente le inmolaban los israelitas, en holocausto por el perdn[5], poda pagar el precio de un pecado tan grande.Se necesitaba una ofrenda muy especial, para que le resultara agradable al Seor; una, cuya perfeccin debera ser tal, que necesariamente quedara fuera de lo que humanamente puede ofrecer el hombre.

Quin que no sea Dios mismo, puede proveer este tipo de ofrenda?

Jesucristo, el hijo de Dios; Dios mismo hecho Carne![6], fue la ofrenda perfecta, destinada a cubrir la deuda por el pecado del gnero humano. Porque: De tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en l cree no se pierda, sino que tenga vida eterna [Jn. 3.16].

De manera que Jess, naci y vino al mundo para otorgarnos nuestra verdadera libertad, la libertad que nace de haber pagado, con su sangre en la Cruz, nuestra deuda ancestral con el Creador. Al respecto, el propio Seor declara en
Lc. 4:1720: El Espíritu del Seor est sobre m, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazn; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos Ese grandioso acontecimiento, el ms importante en la historia de la humanidad, es el que honramos, y en muchos casos deshonramos, durante la celebracin de la Navidad.

Hoy Jess, nuestro Seor, se encuentra sentado junto al Padre, hecho Dios l mismo, por el bendito misterio de la Trinidad, tal y como lo vio el mrtir Esteban: Veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que est a la diestra de Dios[7]

Qu pensara usted si alguien pretendiera celebrar su cumpleaos, el de usted, claro, y ni siquiera se tomara el trabajo de invitarlo; o peor an: si resultara invitado cualquier otro en su nombre? Con toda razn, se sentira ofendido! Pues entonces, como que el objetivo declarado de la Navidad, es glorificar a nuestro Seor Jesucristo, hagamos que en verdad sea una fiesta de l.

Adems, aprovechemos la magnifica oportunidad que nos brinda esta fecha, para permitir que Cristo entre a nuestra vida para ministrarla, trayndonos paz en la Tierra y gloria para siempre. Porque -cmo dijo el profeta Pablo- tenindolo a l, Quin es el que condenar? Cristo es el que muri; ms aun, el que tambin resucitó, el que adems est a la diestra de Dios, el que tambin intercede por nosotros.[8]

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