Desarrolle una familia fuerte

Desarrolle una familia fuerte

Written by Dennis y Bárbara Rainey

Llegó sin previo aviso. Me encontraba en el trabajo cuando se me ocurrió mirar por la ventana; el hermoso cielo azul que había admirado hacía unos minutos ahora estaba lleno de una nubes negras que no auguraban nada bueno. En un instante más comenzó a llover a cántaros y, a continuación, un feroz viento hizo su aparición doblando a los árboles hasta un ángulo que parecía imposible. Entonces chilló la sirena de tornados. Salimos como pudimos de los escritorios y buscamos refugio; muchos nos acurrucamos debajo de un hueco de la escalera de concreto que estaba en el sótano. La radio confirmó nuestro mayor temor: el tornado se dirigía hacia nosotros.

Mientras las ráfagas de viento de más de 190 km/h rompían vidrios y hacían temblar las paredes, varios de nosotros nos pusimos a orar. Pensé en mi familia y oré para que estuvieran a salvo (más tarde descubrí que el tornado pasó a menos de tres cuadras de nuestra casa). Luego de cinco angustiosos minutos, el viento cedió y el sol volvió a brillar. ¡Sobrevivimos! Gracias a Dios, nadie se hirió.
Salí para ver los daños.
El tornado tocó suelo a solo ciento sesenta metros arrancando varios pinos enormes antes de saltar por encima de nuestro edificio de oficinas y arrancar de raíz más pinos inmensos. Me sorprendió ver que las raíces de los árboles arrancados no eran tan grandes. Luego, no lejos de allí, ví un antiguo y majestuoso roble que parecía casi intacto. Solo tenía algunas ramas rotas.
Tiempo después me enteré que los pinos en nuestra región tienen un sistema de raíces superficiales, de ahí que muchas de esas imponentes bellezas verdes se convirtieran en leña. Sin embargo, el sistema de raíces de un roble se sumerge a lo profundo de la tierra y esto le permite resistir incluso la furia de un tornado.

Hunde tus raíces
Las raíces fueron el elemento decisivo. ¿Qué clase de sistema de raíces espirituales necesita una familia cristiana saludable? Si queremos llevar adelante un liderazgo inconmovible en la familia, esa de fortaleza que resiste a los tornados de la vida, necesitamos raíces espirituales como las del roble. La mejor manera de asegurar la presencia de raíces tan profundas es cerciorarse antes de que los padres se estén convirtiendo en “robles de justicia” (Isaías 61:3). Los padres deben crecer en su fe y deben convertirse en robustos discípulos de Cristo.

Los seguidores de Cristo han entendido durante siglos la importancia crítica de ciertas actividades espirituales que marcan la vida de un discípulo que crece. Mencionaremos tres actividades básicas, aunque no es menos cierto que existen más. Si tan solo priorizaras estas tres, desarrollarás un sistema de raíces que resistirán las tormentas de la vida y te convertirán a ti y a tu cónyuge en líderes firmes de su familia.

Una experiencia personal diaria con Jesucristo

Para que crezcas y llegues a ser todo lo que Dios tenía en mente al crearte, debes someterte a Jesucristo como señor, amo y autor de tu vida. La travesía espiritual de seguirle no consiste en una lista de cosas que debemos hacer y que no debemos hacer, sino más bien en un encuentro momento a momento con Jesús. El crecimiento tiene lugar en nuestras vidas en la medida que nos sometemos a Él, que caminamos con Él por fe y le obedecemos.

Lo que sigue no es una lista de control, sino más bien son disciplinas espirituales de probada eficacia que nos ayudan a crecer como seguidores de Cristo. Tú decidirás de qué manera vas a ponerlas en práctica, pero si lo haces, estos puntos básicos transformarán con el tiempo a un “bebé cristiano” en un seguidor de Cristo maduro.
Oración: Una buena comunicación es la clave para cualquier relación floreciente.
Estudio bíblico: La Escritura es el manual del fabricante para nuestra vida cristiana.
Adoración: Se nos manda que adoremos a Dios de manera individual y colectiva.
Dar y servir: Somos mayordomos de muchos recursos personales, materiales y financieros.
Comunión: No desaproveches el inmenso beneficio de ser cristiano: una conexión dentro del cuerpo de Cristo.
Testimonio: Tenemos la tarea de actuar en nombre de Jesús para reconciliar al perdido con Dios.

Verdaderos amigos

Por lo general, el crecimiento espiritual tiene lugar en el contexto de las relaciones. Todos necesitamos tener a alguien cerca, no solo para disfrutar de la amistad y la comunión, sino también para cosechar los beneficios de rendirle cuentas a esa persona.

Vida auténtica

La verdadera vida comienza en el hogar. El lugar en el que es más difícil ser un seguidor de Cristo diario y constante es la propia casa. Cuando estás en casa, rodeado de un cónyuge que te conoce bien y de varios discipulitos que observan con mucha atención cada una de las palabras y cada uno de tus movimientos, es difícil mantener una fachada durante mucho tiempo. Y no debieras hacerlo. Si tienes una relación vital con Jesucristo, manifiéstala viviendo de la manera más sincera y consecuente posible. Dios se ocupará del resto.
Invierte el tiempo y la energía necesarios para ser como “un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto”. (Jeremías 17:8)
¿No es eso lo que todos buscamos? Deseamos una familia de “árboles” fructíferos que florezcan pase lo que pase.

 

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Cuento: Billetes de Cielo

Había una vez un niño enfermo llamado Juan. Tenía una grave y rara enfermedad, y todos los médicos aseguraban que no viviría mucho, aunque tampoco sabían decir cuánto. Pasaba largos días en el hospital, entristecido por no saber qué iba a pasar, hasta que un payaso que pasaba por allí y comprobó su tristeza se acercó a decirle:
¿Cómo se te ocurre estar así parado? ¿No te hablaron del Cielo de los niños enfermos?
Juan negó con la cabeza, pero siguió escuchando atento.
Pues es el mejor lugar que se pueda imaginar, mucho mejor que el cielo de los papás o cualquier otra persona. Dicen que es así para compensar a los niños por haber estado enfermos. Pero para poder entrar tiene una condición.
¿Cuál? – preguntó interesado el niño.
No puedes morirte sin haber llenado el saco.
¿El saco?
Sí, sí. El saco. Un saco grande y gris como este – dijo el payaso mientras sacaba uno bajo su chaqueta y se lo daba. – Has tenido suerte de que tuviera uno por aquí. Tienes que llenarlo de billetes para comprar tu entrada.
¿Billetes? Pues vaya. Yo no tengo dinero.
No son billetes normales, chico. Son billetes especiales: billetes de buenas acciones; un papelito en el que debes escribir cada cosa buena que hagas. Por la noche un ángel revisa todos los papelitos, y cambia los que sean buenos por auténticos billetes de cielo.
¿De verdad?
¡Pues claro! Pero date prisa en llenar el saco. Llevas mucho tiempo enfermo y no sabemos si te dará tiempo. Esta es una oportunidad única ¡Y no puedes morirte antes de llenarlo, sería una pena terrible!

El payaso tenía bastante prisa, y cuando salió de la habitación Juan quedó pensativo, mirando el saco. Lo que le había contado su nuevo amigo parecía maravilloso, y no perdía nada por probar. Ese mismo día, cuando llegó su mamá a verle, él mostró la mejor de sus sonrisas, e hizo un esfuerzo por estar más alegre que de costumbre, pues sabía que aquello la hacía feliz. Después, cuando estuvo solo, escribió en un papel: “hoy sonreí para mamá”. Y lo echó al saco.

A la mañana siguiente, nada más despertar, corrió a ver el saco ¡Allí estaba! ¡Un auténtico billete de cielo! Tenía un aspecto tan mágico y maravilloso, que el niño se llenó de ilusión, y el resto del día no dejó de hacer todo aquello que sabía que alegraba a los doctores y enfermeras, y se preocupó por acompañar a otros niños que se sentían más solos. Incluso contó chistes a su hermanito y tomó unos libros para estudiar un poquito. Y por cada una de aquellas cosas, echó su papelito al saco.

Y así, cada día, el niñó despertaba con la ilusión de contar sus nuevos billetes de cielo, y conseguir muchos más. Se esforzaba cuanto podía, porque se había dado cuenta de que no servía el truco de juntar los billetes en el saco de cualquier manera: cada noche el ángel los colocaba de la forma en que menos ocupaban. Y Juan se veía obligado a seguir haciendo buenas obras a toda velocidad, con la esperanza de conseguir llenar el saco antes de ponerse demasiado enfermo…

Y aunque aún tuvo muchos días, nunca llegó a llenar el saco. Juan, que se había convertido en el niño más querido de todo el hospital, en el más alegre y servicial, terminó curando del todo. Nadie sabía cómo: unos decían que su alegría y su actitud tenían que haberle curado a la fuerza; otros estaban convencidos de que el personal del hospital le quería tanto, que dedicaban horas extra a tratar de encontrar alguna cura y darle los mejores cuidados; y algunos contaban que un par de ancianos millonarios a los que había animado mucho durante su enfermedad, habían pagado un costosísimo tratamiento experimental para él.

El caso es que todos decían la verdad, porque tal y como el payaso había visto ya muchas veces, sólo había que poner un poquito de cielo cada noche en su saco gris para que lo que parecía una vida que se apaga, fueran los mejores días de toda una vida, durase lo que durase.

Fuente

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PROPORCIONANDO RETROALIMENTACIÓN POSITIVA Y NEGATIVA


 OBJETIVO
I. Capacitar a los participantes, para que sepan cómo los demás ven sus fortalezas y sus debilidades.
II. Desarrollar habilidades para dar retroalimentación, y demostrar la importancia de dar retroalimentación positiva y negativa.
III. Desarrollar conciencia individual de cómo son percibidos por los demás.
TIEMPO:
Duración: 60 Minutos
TAMAÑO DEL GRUPO:
5 a 15 Participantes
LUGAR:
Amplio Espacio
Un salón amplio bien iluminado acondicionado para que los participantes puedan formar un círculo.
MATERIAL:
Fácil Adquisición
Suficientes tarjetas de 3’’ X 5’’ para cada participante.
DESARROLLO
I. El instructor discute brevemente los objetivos de la actividad.
II. El Instructor luego pide a cada participante, que identifique de tres a cinco fuerzas positivas y negativas que vean en sí mismo. Estas deben de consistir sobre todo, en adjetivos calificativos. No deben ser frases.
III. Los participantes escriben su apellido en la esquina izquierda de varias tarjetas (suficientes para cada uno de los participantes que componen el grupo). Luego cada participante escoge adjetivos positivos y negativos que describan a cada uno de los participantes. Estos adjetivos se escriben para cada persona en su tarjeta respectiva.
IV. Se recogen las tarjetas; el instructor ordena las tarjetas por apellidos y las regresa respectivamente a cada participante.
V. El instructor pide a los participantes revisar las retroalimentaciones positivas y negativas sobre ellos proporcionados por los demás participantes, y les pide que compararen esta retroalimentación con su propia percepción.
VI. Luego dirige una discusión general sobre la actividad enfocándose a los objetivos del ejercicio.
VII. El instructor guía un proceso para que el grupo analice, como se puede aplicar lo aprendido en la vida.

 

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PRESENTACION Y CONOCIMlENTO

Puede hacerse esta dinámica en una reunión general de los equipos de Infancia.
Objetivo: Lograr un mayor acercamiento entre los miembros de Infancia y permitir que cada niño se dé a conocer.
Cada uno elegirá al compañero que menos conozca y ambos dialogarán: ¿Cómo se llama? ¿Qué le gusta hacer? ¿Por qué es miembro de Infancia? ¿Se sienten misioneros? (Durante 10 minutos) Cada dúo elegirá a otro dúo y dialogarán sobre las mismas preguntas; después cada cuarteto busca otro cuarteto y dialogan.
Se elige a uno que presente a sus compañeros. Puede ampliarse la presentación.

 

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LA FUERZA DE LA RETROALIMENTACIÓN COMO TÉCNICA

LA FUERZA DE LA RETROALIMENTACIÓN COMO TÉCNICA

 OBJETIVO
I. Fomentar la apertura a la retroalimentación por medio de la retroalimentación anónima.
II. Proporcionar retroalimentación a aquellas personas que por lo general inhiben la retroalimentación y comunicación eficaz.
TIEMPO:
Duración: 120 Minutos
TAMAÑO DEL GRUPO:
25 Participantes.
LUGAR:
Instalaciones Especiales
Un salón amplio bien iluminado acondicionado con alfombra, buena acústica y ninguna barrera entre los participantes.

MATERIAL:
Fácil Adquisición
I. Tres tarjetas rayadas de 3’’ x 5’’ y un lápiz o pluma para cada participante.
II. Pizarrón y gis o rotafolio y plumón para el grupo.
DESARROLLO
I. El instructor explica la importancia que tiene el abrirse a la comunicación ya que es esencial en la solución de conflictos, como en el buen funcionamiento de los equipos de trabajo; señala la necesidad de llevar a cabo un proceso en el cual se pueda compartir abiertamente una retroalimentación sobre actitudes y conductas. Asegura que algunas personas podrían descubrir información acerca ellos y sobre su estilo de comunicación que inconscientemente emplean. También discute los riesgos que existen al abrirse a este tipo de retroalimentación.
II El grupo decide si emplean un proceso de retroalimentación anónima o si es conveniente aplicar un tipo diferente de confrontación o de retroalimentación abierta.
III. Si el grupo se decide por un proceso de retroalimentación inicial en el cual los participantes permanecen en el anonimato, el instructor comienza la actividad discutiendo los principios de retroalimentación constructiva.
IV. El instructor distribuye los lápices y las tres tarjetas rayadas a cada participante.
V. Vuelve a hacer hincapié sobre los principios de la retroalimentación constructiva, y da las siguientes instrucciones, dando suficiente tiempo a los participantes de escribir cada respuesta.
1. En el extremo izquierdo superior de CADA tarjeta rayada, favor de anotar el nombre de UNA persona en estegrupo, con quien tenga usted dificultades para comunicarse. En cada tarjeta debe escribirse el nombre de una persona diferente.
2. Clasifique los tres nombres anotando con el número 1 el nombre de la persona con quien tenga más dificultad en comunicarse, 2 para la siguiente y 3 para la última.
3. En la SEGUNDA línea de cada tarjeta, describa lo que le gustaría decirle a esa persona en este momento o en cualquier otro.
4. En la cuarta línea de cada tarjeta rayada describa como se siente cuando trata de comunicarse con esa persona.
5. En la sexta línea de cada tarjeta, describa la conducta específica de la persona, que obstaculiza al desarrollode la comunicación.
VI. El instructor recoge las tarjetas rayadas, las escoge por nombre y hace una cuenta del número de veces que el mismo participante, fue mencionado dentro del grupo.
VII. El instructor distribuye las tarjetas a las personas mencionadas en las mismas. También declara el número de veces que el grupo lo escogió SIN mencionar nombres. Por ejemplo: “alguien en el grupo ha recibido quince tarjetas y otro ocho, etc.”.
VIII.A las personas que han recibido tarjetas se les pide que compartan la generalidad de la retroalimentación que recibieron en la segunda línea de la tarjeta. A toda hora el instructor debe mantener constructivo el proceso y relaciona los intereses individuales para un mejor funcionamiento del grupo.
IX. El instructor continúa el desarrollo del proceso con la línea cuatro y seis de las tarjetas. Cuando los participantes se sientan suficientemente relajados, se les anima a que abran la retroalimentación que antes compartieron anónimamente. El instructor moldea conductas de entendimiento y de escucha mientras facilita la retroalimentación.
X. Aunque el desarrollo de la retroalimentación anónima no sea completo, el instructor comienza a mostrar los lazos entre la buena comunicación y un funcionamiento eficaz del grupo. También impulsa el desarrollo de una comunicación más ABIERTA y una retroalimentación constructiva.
XI. El instructor y el grupo deciden cómo continuarán en la siguiente sesión, el proceso de retroalimentación, y la decisión de cómo funcionará el se aplicará en la siguiente sesión del grupo.
XII. El instructor guía un proceso para que el grupo analice, como se puede aplicar lo aprendido en su vida.

 

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LA PALABRA CLAVE

Realizar ocho tarjetas por equipo; cada una tiene una palabra: amistad, libertad, diálogo, justicia, verdad, compañerismo, valentía, ideal, etc. Las tarjetas se depositan en un sobre.
El animador forma los equipos y entrega el material de trabajo.
Explica cómo realizar el ejercicio: las personas retiran una de las tarjetas del sobre; cada uno comenta el significado que, le atribuye.
Enseguida el equipo elige una de las palabras y prepara un grito alusivo.
En plenario cada equipo se presenta: dicen el nombre de sus integrantes y el grito.

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LOS CURIOSOS

El animador forma los equipos de trabajo (cinco integrantes y un secretario).
Luego explica la primera parte del ejercicio: los equipos deben confeccionar uncuestionario con aquellas preguntas que quisieran hacer al resto del grupo.
Los equipos preparan su cuestionario (veinte minutos).
Una vez que todos hayan terminado, los secretarios visitan a los otros equipos para dar a conocer su trabajo y agregar aquellas preguntas que les sugirieron.
En el siguiente paso cada equipo responde al cuestionario que su secretaria confeccionó (sesenta minutos).

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La niñez nos habla

La niñez nos habla

ninos
Dices que soy el futuro; no me desampares ahora.Dices que soy la esperanza de paz; no me induzcas a la guerra.

Dices que soy promesa de bien; no me confíes el mal.
Dices que soy la luz de tus ojos; no me abandones en la ignorancia.
No espero solamente tu pan; dame luz y entendimiento.
No deseo tan solo la fiesta de tu cariño; te suplico amor para educarme.
No te pido apenas juegos y diversiones; te pido buenos ejemplos y buenas palabras.
No soy simple ornamento de tu camino;
soy quien te abre la puerta de la vida más allá de ti mismo:
seré algo de ti después de ti…
Enséñame el trabajo y la humildad, la devoción y el perdón.
Campadécete de mí y oriéntame para que sea bueno y justo …
Corrígeme en su tiempo, antes de que yo sufra …
Ayúdame hoy para que mañana no tenga que llorar.

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