Ttulo: Al escondite
Tema: Dondequiera que vamos, Dios est all. Propio 11(16) Ao A
Objeto: Una lata.
Escritura: “Y si dijera: Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mo, ni las tinieblas seran oscuras para ti, y aun la noche sera clara como el da. Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!” (Salmo 139:11-12 NVI).
Cada vez que veo una lata como esta, me trae memorias de mi niez cuando jugbamos a “Patear la lata”. En verdad era una forma de aadir cierta excitacin al viejo juego del “Escondite”. As es como se juega: La persona que “se queda” se mantiene de pie al lado de la lata, cierra sus ojos, y cuenta hasta cincuenta mientras todos los dems se esconden. Entonces la persona que “se queda” sale a buscar a los dems. Cada vez que encuentra a una persona, esa persona que es encontrada corre al lugar donde est la lata trata de patearla antes que la persona que lo ha encontrado lo toque. No les parece divertido? An cuando nunca hayas jugado “Patear la lata”, estoy seguro que has jugado al “Al escondite”.
Crees que alguna vez alguien haya tratado de jugar al esconderse con Dios? Recuerdas la historia de Adan y Eva? Despus que comieron del fruto prohibido por Dios, ellos escucharon a Dios caminando por el jardn. Ellos estaban abochornados por lo que haban hecho y no deseaban que Dios los encontrara. Qu crees que hicieron? Corrieron y se escondieron entre los rboles. Los encontr Dios? Definitivamente. No puedes esconderte de Dios.
Recuerdan la historia de Jons? Dios le dijo a Jons que fuera a Nnive y le dijera a las personas que se arrepintieran de su pecado. Qu hizo Jons? l trat de escaparse y esconderse de Dios. Lo encontr Dios? S, lo encontr! Y ustedes recuerdan que Jons se encontr a s mismo…dentro de la barriga de un pez grande!
La Biblia nos dice que Dios escogi a David para ser el rey de Israel porque era un “un hombre conforme al corazn de Dios” (Hechos 13:22). Pero an David hizo cosas que no le agradaron a Dios. Probablemente hubo momentos en que David dese poderse esconder de Dios, pero saba que era imposible. Escucha las palabras de David (Salmo 139:1-12 – DHH).
Seor, t me examinas,
t me conoces.
Sabes cundo me siento y cundo me levanto;
aun a la distancia me lees el pensamiento.
Mis trajines y descansos los conoces;
todos mis caminos te son familiares.
No me llega an la palabra a la lengua
cuando t, Seor, ya la sabes toda.
Tu proteccin me envuelve por completo;
me cubres con la palma de tu mano.
Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensin;
tan sublime es que no puedo entenderlo.
A dnde podra alejarme de tu Espíritu?
A dnde podra huir de tu presencia?
Si subiera al cielo,
all ests t;
si tendiera mi lecho en el fondo del abismo,
tambin ests all.
Si me elevara sobre las alas del alba,
o me estableciera en los extremos del mar,
aun all tu mano me guiara,
me sostendra tu mano derecha!
Y si dijera: Que me oculten las tinieblas;
que la luz se haga noche en torno mo,
ni las tinieblas seran oscuras para ti,
y aun la noche sera clara como el da.
Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!
No podemos escondernos de Dios. l conoce todo lo nuestro. Sabe lo que vamos a decir antes de decirlo y lo que vamos a hacer antes de hacerlo. As que es una tontera el jugar al “Al escondite” con Dios. Adems, la razn de que Dios viene a buscarnos es porque nos ama y desea bendecirnos. Por qu querramos escondernos de su bendicin?
Padre, estamos agradecidos de que aunque t conoces todo acerca de nosotros, an as nos amas. En el nombe de Jess oramos, Amn. |