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El Rey que eligi arrodillarse Reflexin sobre Juan 13
En un mundo obsesionado con ttulos, con la validacin en redes sociales y con la constante necesidad de verse bien, hay una escena que desarma toda lgica de grandeza: el Maestro arrodillado, con una toalla al hombro, lavando pies sucios.
Antes de la crucifixin de Jess acontecieron algunas cosas que son muy significativas y que nos dejan una gran enseanza para nosotros el da de hoy. Quiero compartirte lo que aprendo al analizar las actitudes de Jess, para que juntos podamos aplicarlas a nuestra vida cotidiana.
Jess saba que el Padre le haba dado toda autoridad. Saba que vena de Dios y que a Dios volva (Juan 13:3). Es decir, no actuaba desde la inseguridad. No necesitaba demostrar quin era. Y justamente porque saba lo que vala, pudo rebajarse sin miedo a perder valor.
Lo que Jess hizo no fue solo un acto de humildad. Fue un acto de inversin profunda de estatus. En una sociedad donde los pies eran lo ms sucio, donde ese trabajo lo hacan esclavos, Jess tom el rol menos deseado sin ser obligado, sin cmaras, sin aplausos. Y lo hizo con amor.
Muchos piensan que servir es hacer algo grande, algo pblico, algo notorio. Pero lo que se ve en esta escena es lo opuesto: el cuidado invisible, el que nadie aplaude, el que solo Dios ve.
Hoy en da, en un mundo que premia el xito visible, Jess sigue diciendo:
Yo les he dado ejemplo, para que ustedes tambin hagan lo mismo. (Juan 13:15)
Porque la verdadera grandeza no se mide en seguidores ni en mritos visibles, sino en quin se arrodilla por amor, en quin limpia con ternura lo que otros ignoran, en quin sirve sin necesitar reconocimiento.
A veces, los actos ms divinos vienen envueltos en una toalla y en silencio.
tiojuahn
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