, :

, :

Mientras encuentro mi asiento, siento que el peso de mis cargas se levanta lentamente, como una suave lluvia que se lleva el polvo de la vida cotidiana.

Las palabras del pastor son como un blsamo para mi alma, recordndome el amor y la gracia de Dios.

En este espacio sagrado, recuerdo que no estoy sola. La presencia de Dios es palpable, un suave susurro que resuena en cada fibra de mi ser. Me siento vista, escuchada y amada.

Mi corazn se hincha de gratitud y mi espritu suea con esperanza.

En este momento estoy en casa.

Estoy donde pertenezco: en presencia del Todopoderoso, rodeado de compaeros de viaje en este camino de fe.

Juntos buscamos consuelo, orientacin y fortaleza. Y juntos lo encontramos en el amoroso abrazo de nuestro Creador.

Y tu, en que dia vas a la iglesia?