Ir al contenido

“No somos un ministerio grande, pero sí somos un gran ministerio”

La deuda de amar

No debis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prjimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterars, no matars, no hurtars, no dirs falso testimonio, no codiciars, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amars a tu prjimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prjimo; as que el cumplimiento de la ley es el amor.Romanos 13:8-10

Qu deuda maravillosa:a-m-a-r! Esto, despus de haber recibido el amor que el Padre nos dio al entregarnos a su propio Hijo. Si amamos a nuestro prjimo cumplimos la ley, pues nadie que ama a otro como a s mismo sera capaz de daarle.

El amor, conforme a la Palabra de Dios, no es un asunto de emociones, sino de actitudes. El Padre nos am y nos dio a su Hijo (fue una accin). El Hijo nos am y dio su vida por nosotros (tambin una accin). Si nosotros decimos amar, debemos demostrarlo de hecho y en verdad. Una de las evidencias de ese amor es suplir la necesidad de nuestro hermano. Esa actitud demuestra que amamos de hecho y en verdad.

Pablo presenta un ejemplo muy grfico de este amor:

Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulacin, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y an ms all de sus fuerzas, pidindonos con muchos ruegos que les concedisemos el privilegio de participar en este servicio para los santos.

Necesitamos mirar en la Palabra como si se estuviramos mirando al espejo. La Palabra debe mostrarnos si estamos poniendo por obra el amor que Dios puso en nuestras vidas. Tristemente, veo a cristianos llenos de miedo y temor, pensando en todas las estrategias posibles para salvar sus vidas del virus que ataca al mundo. Cristianos que centran su atencin en no contagiarse, en proveer su canasta, en salvar a los suyos, en pedirle a Dios sus milagros, y que olvidaron de amar a su prjimo con sus acciones.

El mundo necesita creyentes que lo amen, que suplan su necesidad, que consuelen, que den esperanza, que muestren la verdad, que liberten a los cautivos, que se ocupen del menesteroso, que compartan su pan con el hambriento (no hablo de limosnas). Que estn atentos a su prjimo, que venden heridas, que levanten al cado, que sean imitadores de Cristo, y que amen como l. Si hemos recibido la gracia de la salvacin de Dios y hemos sido privilegiados con su amor, ese amor tan grande que dio su vida por nosotros, debemos estar dispuestos a poner nuestra vida por nuestros hermanos.

11 Visitas totales
11 Visitantes únicos

Discover more from Ministerio Infantil Arcoíris

Subscribe to get the latest posts sent to your email.

Deja un comentario

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Discover more from Ministerio Infantil Arcoíris

Subscribe now to keep reading and get access to the full archive.

Continue reading