Ttulo: Como ltimo, envi a Su Hijo
Tema: Recibimos el perdn de Dios por medio de Su Hijo. Propio 22 (27) Ao A
Objeto: Una bombilla
Escritura: “Los labradores agarraron a esos siervos; golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a un tercero. Despus les mand otros siervos, en mayor nmero que la primera vez, y tambin los maltrataron. Por ltimo, les mand a su propio hijo, pensando: “A mi hijo s lo respetarn!” Pero cuando los labradores vieron al hijo, se dijeron unos a otros: “ste es el heredero. Matmoslo, para quedarnos con su herencia.” As que le echaron mano, lo arrojaron fuera del viedo y lo mataron” Mateo 21:35-39.
Las bombillas son tan comunes en el da de hoy que ni siquiera pensamos en ellas. Si estuviera cambiando una bombilla y se me cayera y rompiera, no me preocupara. Sencillamente ira a buscar otra. Pero eso no ha sido as siempre.
Escuch una historia de cuando Thomas Edison estaba trabajando para inventar este dispositivo loco llamado bombilla. Un equipo de hombres estuvo trabajando veinte y cuatro horas para lograr armar una sola bombilla. La historia contada es que cuando el equipo de Edison termin con esa bombilla, l se la dio a un muchacho para que la llevara a la planta superior. Paso a paso, llevaba la bombilla con mucho cuidado temiendo que se le fuera a caer esta joya. Probablemente puedes adivinar qu pas, al pobre muchacho se le cay la bombilla desde la parte superior de las escaleras. Le tom otras veinte y cuatro horas al equipo para hacer otra bombilla. Finalmente, cansado y listo para tomar un corto descanso, Edison estaba listo para que su bombilla fuera llevada a la planta alta. Se la dio al mismo joven que haba dejado caer la primera. Eso es perdonar de verdad. El Sr. Edison le dio al muchacho otra oportunidad! [1]
Dios nos ofrece esa misma clase de perdn. l le ofrece a cada persona una segunda oportunidad…y una tercera!
Jess cont la historia de una hombre que era dueo de algunas fincas. Sembr uvas en la finca y luego se las alquil a algunos hombres para que cuidaran de ella mientras l viajaba.
Cuando vino el tiempo de la cosecha, de recoger las uvas, el dueo envi a algunos de sus sirvientes a recoger la parte de la cosecha que le corresponda. Los hombres que haban alquilado la tierra golpearon a unos y hasta mataron a otro. Ellos se negaron a darle al dueo lo que le corresponda.
Por segunda vez el dueo envi a sus sirvientes a recoger lo que le deban. Nuevamente los sirvientes fueron tratados como haban sido tratados los primeros.
Finalmente, el dueo envi a su propio hijo donde los labradores que estaban alquilando las tierras. Pens que sin duda alguna los labradores escucharan a su hijo. Pero cuando vieron al hijo, dijeron: “Este es el hijo del dueo, matmosle y tomemos su herencia”.
Jess le pregunt a los hombres que estaban escuchando su historia: “Qu piensan que el dueo har con esos hombres?”
“l destruir a esos hombres malvados, y alquilar su tierra a otros que le den lo que es de l cuando venga el tiempo de recoger la cosecha”, contestaron los que estaban escuchando.
En esta historia que Jess dijo, el dueo era Dios. Dios envoi primeramente a hombres como No, Moiss, David, el profeta Isaas y otros para dejarle saber a las personas de su amor por ellos y para que dejaran los caminos de maldad, pero muchos no escucharon. Finalmente envi a su Hijo Jess. Sabes lo que le hicieron, no? As es, ellos lo crucificaron. Dios les dio una oportunidad. Les dio una segunda oportunidad…y una tercera. Pero cuando rechazaron a su hijo, esa fue la ltima oportunidad que les dio. Es nuestra ltima oportunidad tambin…de hecho, nuestra nica oportunidad.
Amado Padre, ta damos gracias por envianos a Jess, tu nico Hijo. Aydanos a recordar que l es nuestra nica oportunidad para recibir la vida eterna. En el nombre de Jess oramos. Amn.
[1] James Newton, Uncommon Friends: Life with Thomas Edison, Henry Ford, Harvey Firestone, Alexis Carrel and Charles Lindbergh, 1989, p.22. |
