UNA ABUELITA MUY ESPECIAL

 

UNA ABUELITA MUY ESPECIAL


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CONOZCA MÁS: Lee el libro de Ruth. Sólo son cuatro capítulos. OBJETIVO: Enseñar cómo Dios cumple sus promesas, si somos fieles a Él. ELEMENTOS QUE SE NECESITAN: Una hermana joven disfrazada a la usanza de Israel. Una anciana disfrazada también.

ACTIVIDAD DINÁMICA: Se necesita una muñeca como bebé. Una cuna que esté puesta frente a los niños. Cuando la hermana cuente que el hijo aunque era de ella, era considerado como hijo de la abuela, entra la anciana y se sienta junto a la cuna y toma al bebé en brazos y lo acuna, mientras la hermana sigue contando la historia.

 

 

HISTORIA:

 

 

¡Hola! Yo me llamo Ruth y el bebé se llama Obed. Saben una cosa, el niño estuvo en mi vientre como todos los bebés, durante 9 meses. Cuando nació, fue amantado y bien cuidado. Sin embargo, él, no es mi bebé. Es el niño de mi suegra (entra la suegra). Vean cómo ella cuida bien del pequeñito, lo acuna y le canta canciones.Y yo estoy contenta de que así sea. Ella se lo merece.

Cuando yo era joven pertenecía a un pueblo muy lejano. Allá en mi pueblo hacían cosas muy malas. Un día llegó Noemí, mi suegra. Venían con ella su esposo y sus dos hijos. Al principio no les hicimos caso. Eran extranjeros viviendo en nuestra tierra. Pero un día, vi a su hijo y me gustó. Y yo también le gusté a él. Comenzó a buscarme en los lugares donde yo andaba.Aparecía como si nada, pero, yo sabía que estaba interesado en mí. Al tiempo, con la autorización de nuestros padres, nos hicimos amigos y luego novios. El día en que nos casamos fue muy hermoso. Pero la alegría duró poco.Vino una gran enfermedad y mi esposo murió, y también mi suegro y mi cuñado. Fueron días muy tristes.Y allí aprendí a querer más a mi suegra Noemí. Ella tenía una fortaleza extraordinaria. Me animaba, aunque ella también había perdido a su marido.

Un día entendí lo que significaba el Dios que ella adoraba y del cual mi esposo me había hablado, pero que yo no quería entender. Supe que Dios nos da ánimo en los momentos difíciles. Aprendí a confiar en Él como lo hacía mi suegra.

 

 

Luego, viajamos juntas hasta la tierra de Israel.Yo abandoné mi pueblo porque había descubierto a un Dios tan extraordinario, que no estaba dis- puesta a dejar que Noemí partiera sola para ese largo viaje. En mi pueblo, nadie adoraba a Dios y yo ya había comenzado a amarlo y obedecerlo.

Al tiempo de llegar conocí a un joven.Y saben, mi suegra, así como la ven, tan tranquilita, ella hizo los arreglos para que yo me enamorara de Booz y para que él se enamorara de mí.

Hoy, que soy la esposa de Booz, soy muy feliz. Y esa alegría fue aún mucho mayor cuando nació Obed. Entendí que la mejor forma de criarlo era con la ayuda de mi suegra. ¡Ella es maravillosa, la mejor abuela que un nieto puede querer! Según la costumbre, mi hijo es su hijo.Y yo estoy feliz de que sea así, pues Obed aprenderá a amar a Dios. El Señor cumple sus promesas y eso me llena de gratitud.

 

LLAMADO: Cuando vamos al Señor, Él está dispuesto a guiarnos y acompañarnos para darnos fortaleza, aún en los momentos difíciles.

 

ORACIÓN: No importa qué problemas tengamos, Dios tiene la solución donde nosotros no la vemos. Tenemos que confiar en Él de manera plena. (Ore con los niños).

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