¿Por qué existe el enfriamiento en la vida cristiana?

¿Por qué existe el enfriamiento en la vida cristiana?

por Marcos Y Carolina Landis

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Hubo un experimento con una rana. Si se le soltaba en una olla de agua hirviendo, inmediatamente saltaba fuera. Pero si se le ponía en una olla de agua fría, y la iba calentando lentamente, la rana estaba muy a gusto, y cuando el agua llegó a hervir, se moría. Descripción del “fenómeno” del enfriamiento. Ilustración: Los niños con deficiencia de proteína, hinchados pero delgados, el cabello ralo, sin energía, llorando mucho. Así es el cristiano que se ha enfriado. Ejemplos: La gran lista de “inactivos” que tenemos. El esfuerzo de la iglesia de crecer contra las salidas por “la puerta de atrás”. En cambio otros hasta el día de hoy fieles, creciendo. Otros que se alejaron y volvieron.

 

Descripción después de la conversión o después de algún campamento hay gozo y motivación. Pero después ¿qué pasa? ¿Cuál es la causa? ¿Cuáles son los síntomas de que empezamos a enfriarnos? ¿Cómo podemos evitarlo? ¿Cómo podemos curarlo?

Lectura: 1 Co. 10:1-11. ¿Cuál es, pues, el ejemplo aquí? Que el cristiano puede quedar “postrado” en el desierto” (no ir al infierno).

I. CAUSAS: (Participación del grupo) (Comentar cada una). Una mala decisión. Un ídolo No hay disposición de tomar un paso de obediencia. Ej. El bautismo “No quiero” a Dios.

Compromisos sociales

Mundanalidad

Amor al dinero

Un trabajo

Prioridades equivocadas – Familia

Pruebas que vencen

Falta de alimentación

Falta de ministerio del cuerpo

No saber vencer algún vicio

Tratar de llevar la vida cristiana por mí misma (reglas), en lugar de tomar el poder de Cristo

Gálatas 2:20

Falsa doctrina.

Las causas en 1 Corintios 10 Codiciar cosas malas (Nm. 11:4 – Carne, pescado, puerros) Idolatría (Ex. 32:6 – El becerro de oro. Lo sutil) Fornicar (Nm. 25:1-18 “Baal – peor” Moab (influencia de los paganos) Tentar al Señor (Nm. 21:5,6 – Desánimo por el camino) Murmurar (Nm. 16:41-49 – Contra el liderazgo de Moisés y Aarón.

Síntomas del principio Nuestra mente y tiempo ocupados con esta tierra. No orar ni alimentarnos de la Palabra No venir a la iglesia Inconformidad o crítica de otras vidas

Hipersensibilidad a las ofensas. Cómo podemos evitarlo (Prevención)

1 Co. 10:12

Ro. 14:4

Sal. 19:12

Is. 57:15

Dt. 6:10-12

He. 3:13

Sal. 119:11

Cuál es el remedio?

Ap. 2:5

Ap. 3:17,18

Gá. 6.1

Stg. 5:19,20

“ENFRIAMIENTO EN LA VIDA CRISTIANA”

II. ANDANDO EN LA LUZ

Repaso: Ilustración de la rana en la olla. Los niños con deficiencia de proteína. Los muchos que se han enfriado. Hablamos la vez pasada de (1) Causas; (2) Síntomas del principio; (3) Prevención, y (4) Cual es el remedio. Otra expresión para este fenómeno es “tropezar” o “caer”. Ap. 2:5 “…recuerda por tanto de dónde has caído….”. Juan 11:9 “El que anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo”. Entrar al cuarto de un niño de 5 años en la noche sin prender la luz, y tratar de dirigirte a su closet. Hay juguetes regados dondequiera. Tropiezas. Hay cristianos que han tropezado y se han caído. Unos se han levantado y van bien. Otros están lastimados y otros no se han levantado. Para no tropezar y caer, necesitamos la luz. Cuando andamos en la luz, no tropezamos. Vemos con claridad los tropezaderos, y ¿los evitamos, les damos la vuelta. Prendes la luz cuando entras al cuarto del niño.

Leamos 1 Juan 1:5 a 8. Lo que NO significa:

Tinieblas = pecado

Luz = santidad.

Sí, hay algo de eso, pero podía haber dicho “pecado” en lugar de tinieblas. Está enfocando en algo especial que está expresado por la idea de luz y tinieblas. No debemos solo ver aquí la enseñanza de confesar nuestros pecados…que pecas y estás en tinieblas y confiesas y estás caminando en la luz, y sí está aquí, pero hay más. Andar en la luz no es solamente estar limpio. Es estar expuesto a la luz de Dios que manifiesta lo que hay oculto en nuestro corazón. ¿Qué quiere decir “tinieblas”? Pretender una perfección espiritual que no es cierto; ocultar lo que somos; hacer un papel. Es confundir lo que debemos ser con lo que en realidad somos. ¿Qué es la luz? Efesios 5:13. Ilus. Buscando una pelota debajo del sofá. Miras allí, y se ve limpio. Traes una linterna para ver mejor, y de repente: unas telarañas, unas lanas, una palomita de maíz, tu pluma que perdiste hace un mes. La luz manifiesta. Si vivimos en tinieblas, vivimos en decepción. Si vivimos en decepción, no vivimos en realismo.

Si no vivimos en realismo, hacemos mentiroso a Dios. Según este pasaje en 1 Juan, cuando andamos en luz, tenemos comunión con Dios y unos con otros, y hay limpieza por la sangre de Cristo. ¡Qué resultados tan agradables! Creemos que si reconocemos cómo somos, no habrá comunión.

No nos sentimos aceptables ante los demás. Por eso, tapamos lo que somos, para que seamos aceptables y haya comunión. Pero no funciona así. Si andamos en luz, vemos la realidad de los hechos, y DECIDIMOS qué vamos a hacer. Ilustración. El hijo pródigo. Su primer paso era dejar de negar su condición–reconocerla y decidir hacer algo. Las reacciones de Adán y las nuestras ante nuestro propio pecado.

1. Se escondió (Ilus. ¿Cómo nos escondemos de Dios nosotros? Por qué nos escondemos de Dios?)

2. Trató de tapar la evidencia (¿Cómo hacemos esto nosotros?)

3. Echó la culpa a otros. (“A poco yo soy la única que lo ha hecho” “Si todo el mundo lo está haciendo.”) ¿Cuál sería la reacción correcta de Adán? ¿y la nuestra?

Juan 3:19 a 21.

Un caso: Una mujer con grandes problemas espirituales y emocionales, que por sus errores estaba alejando a las personas que más le amaban. Desesperada ella. Había cometido algunos errores que poco a poco le habían orillado a esta condición. Pero si se le señalara cualquier error que había cometido, lo negaba, diciendo, “No, yo no he hecho esto. Un cristiano no debe hacer eso” y tal vez hasta citaba de memoria algún versículo que lo prohibía. No podíamos adelantar nada con ella, porque no reconocía ¿ningún error. Se escondía en la oscuridad. Tapaba sus errores. Negaba que hubiera pecado. No permitía que la luz manifestara nada para cambiar en ella. Si tan solo se hubiera abierto a la luz y hubiera permitido que la luz mostrara todo lo feo que había en ella, habría sido el primer paso a una sanidad en su vida. No queremos ver lo feo que hay en nosotros, y por eso huimos de la luz. La única manera de no tropezar y tal vez caer, es andar en la luz. Bajar todas tus defensas ante Dios, y quedar ante él, no ocultando nada, permitiendo que su luz te escudriñe. Luego los resultados: comunión entre nosotros y con Dios. La honradez del nuevo creyente reconociendo que está lleno de errores y faltas. El creyente mayor, en cambio, cree que para su testimonio ante el mundo, él debe aparentar la perfección. No puede decir, “Hice algo malo” o “Sufro períodos de depresión”, porque sería un “mal testimonio”, cuando en realidad ellos ya lo saben y nos critican más por nuestro farisaísmo que por lo que hicimos. Tenemos que ser más honradas con nosotras mismas y con Dios. Pr. 28:13.

Andar en la luz y la comunión con el hermano ¿Qué tiene que ver nuestro amor al hermano con esta honradez ante Dios? Casi siempre cuando tenemos un problema de no poder amar, es porque no hemos dejado que la luz de Dios exponga lo que hay en nosotros. Si lo hiciéramos, veríamos que lo mismo que aborrecemos en nuestro hermano, lo tenemos nosotros, pero lo ocultamos tanto que ni nosotros mismos creemos que exista ya. Andar en la luz y el testimonio Mt. 5:14,16. Hablamos mucho. Conozco una jovencita que trajo a su amiga a la iglesia. No sé qué haya entendido la amiga en los sermones y no sé de qué hayan platicado. Pero la chica cristiana tiene la tendencia de ser rebelde, de mofarse de otros, de hablar de los defectos en otros cristianos y de engañar a sus padres. Su amiga ya tiene su idea de lo que es el cristianismo. Tenemos que hablar menos y andar en la luz, y ser luz nosotros mismos que manifiesta. Nuestra luz (que en este caso menciona buenas obras) hace resaltar la oscuridad de sus corazones, y produce convicción de pecado. Cómo andar en la luz. Jn. 8:12Jn. 12:35, 36. Salmo 119:105

“ENFRIAMIENTO EN LA VIDA CRISTIANA”

III. TRIUNFO O DERROTA

Cuadro del cristiano frío Alguna vez él se sentía triunfante, lleno de poder para vencer todos los obstáculos, lleno de optimismo y alegría al mirar hacia el futuro, porque confiaba en un Dios grande y poderoso. Hoy se siente derrotado, pesimista, ve las circunstancias como una tremenda amenaza para él, y él se siente indefenso, vulnerable ante ellas. No piensa en la grandeza de Dios, sino que se queja de que Dios no hace nada. Está desorientado, desubicado, deprimido. Su mente está ocupada tramando, maquinando cómo resolver su situación. Está dispuesto a recurrir al engaño o trampa si es necesario para resolver su situación, porque no ve otra salida. No lee su Biblia, y aunque quiere y se sienta a leer, se distrae y no halla nada de provecho. Ora desesperadamente, pero no ve respuestas (ni las espera). Antes quería estar en la iglesia todos los días si fuera posible, y nada le era un obstáculo. Hoy no tiene tiempo, y se interponen muchos obstáculos por lo que falta mucho. Antes tenía gran amor a sus hermanos en Cristo. Ahora está desilusionado con ellos. Se les ve tantos defectos y él siente amargura y desilusión en su corazón contra ellos. Se ha vuelto muy sensible y no puede pasar por alto ninguna ofensa. Está inconforme consigo mismo, con su cuerpo y su apariencia, su edad. Desea más ropa. Siente que la vida le ha defraudado y que otras personas son más dichosas que él.

Se siente incomprendida por su esposa(o) y sus hijos (o sus padres en su caso). Desea huir o volver a comenzar. Leer Números 13:27-33 y 14:1-4; 28-33. ¿En qué consistía su error? (Ver el problema en lugar de ver a Dios. No creer. Desobedecer cuando costaba). Leer Hebreos 3:16-19 y 4:1, 2, 9-11. Triunfo y Poder. 2 Co. 2:14Ro. 8:37Mt. 28:18Ef. 1:19-21. La tierra prometida de Canaán representa la vida victoriosa– victoriosa sobre el pecado y victoriosa sobre las circunstancias o sea la situación. ¿Deseas entrar a la tierra prometida? ¿Anhelas una vida de victoria? Las dos responsabilidades o los dos lados En la historia de Números, ¿cuál era la responsabilidad de Dios y cuál la responsabilidad de ellos? DIOS: derrotar enemigos, proveer por sus necesidades diarias, conducirles, equiparles para las batallas, protegerles contra el enemigo.

ELLOS: Confiar y entregarse. Desear el camino de Dios para ellos.

LA RESPONSABILIDAD DE DIOS:

Dios no pide que tú hagas la parte que es responsabilidad suya. Si dices, “No puedo derrotar mis enemigos, tengo miedo a la derrota, etc.” Dios es el que va a hacer todo esto. ¿Qué es aquello en tu vida demasiado difícil para Dios? Pero, ¿por qué crees que Dios te pide a ti el poder para derrotar tus enemigos? Esto le corresponde a él. ¿Qué es lo más difícil que Dios le pide a un cristiano? Aún aquello es posible, porque él lo hace. Gá. 2:20 y Ef. 1:19-21. Cf. los israelitas que “no podían”.

TU RESPONSABILIDAD:

1) Entregar. Poner tu caso en manos del médico. Hacer lo que a tu criterio es bueno y no hacer lo demás. Juzgar tú misma sus recetas. No funcionaría. Poner todo tu ser bajo el control y la dirección de Dios. “Sea hecha tu voluntad.” Entregar tu voluntad. Dejar que él escoja para ti. Esto es sumisión. (Por eso debemos enseñar la sumisión a los niños. Si no sabemos someternos a los padres, nos es difícil someternos a Dios). ¿Tienes miedo a su voluntad? (Los israelitas sí tenían miedo). ¿Crees que él desea lastimarte? Te ama, te hizo, es sabio. Ro. 12:1, 2 Entregarte a ti misma, tus debilidades, tentaciones, temperamento, sentimientos. Jacob, el que no se entregaba a Dios. Dios quería bendecirle.

2) Fe. Col. 2:6He. 10:38Ro. 1:17, Gá. 3:11, Hab. 2:4 Confiar en él. Los que confían, pero luego no les gusta por donde les guía Dios. Dios tiene su plan para nosotros, y tenemos que confiar en el camino por donde nos guía (Sal. 23:4). El alfarero y el barro.

“ENFRIAMIENTO EN LA VIDA CRISTIANA”

IV. ¿ES OPCIONAL LA OBEDIENCIA?

En el curso de unos ocho días, tuve las siguientes experiencias: a un hermano en Cristo le oí decir cuando se le preguntó acerca de la posibilidad de bautizarse, “Dios nunca ha puesto en mi corazón el deseo de bautizarme.” Una chica me comentó de su amiga cristiana diciendo que andaba de novia con un muchacho no cristiano, y dijo, “Y yo le dije, ‘Debes poner en oración tu noviazgo y pedir a Dios si ese muchacho es el adecuado para ti.’” Luego una hermana me preguntó qué consejo debe dar a otra hermana que había estado durmiendo con su novio, pero que este novio es un cristiano. Me tocó a mí aconsejar a una joven cristiana que pensaba casarse con un muchacho inconverso. Le hice ver que la Biblia prohíbe esta clase de matrimonios. Ella dijo, “Sí, pero me voy a casar con él”. Después de esa semana me puse a pensar que parece que nosotros los cristianos pensamos que la obediencia a Dios es opcional, o sea, podemos obedecer o no obedecer, y en cualquiera de los dos casos, nos irá bien. Hay cosas opcionales en la vida cristiana. Por ejemplo, Dios no exige que presentemos nuestro cuerpo a él en sacrificio vivo. Nos ruega y deja a nosotros la decisión. En cuestión de dar ofrendas, Dios ama al dador alegre, pero no le dicta cuánto ha de dar. Pero tratándose de la obediencia,

Dios no deja eso a nuestra decisión. Él exige la obediencia. Posiblemente hemos confundido el hecho de que estamos bajo la gracia, y no bajo la ley. Nuestra vida espiritual no está regida por una serie de reglas, es verdad. Pero ¿es posible entonces que estamos libres para desobedecer cuando queremos? Entonces pensando que una de las causas del enfriamiento en la vida cristiana es la desobediencia, vamos a hablar hoy un poco sobre esto. Ahora, estoy segura que todas ustedes ya saben que deben obedecer a Dios. La obediencia es importante. Ya sabían realmente que la obediencia no es opcional. ¿Para qué hablar más sobre el asunto? Ya están convencidas que deben ser obedientes. Me imagino que si pudiéramos preguntar o hacer una encuesta entre Uds. si son obedientes o no, la mayoría contestarían que sí son obedientes casi siempre, o sea que realmente no tienen un problema con la obediencia. Pero creo que lo malo es que no reconocemos la desobediencia. No le ponemos la etiqueta “desobediencia”. Si pensáramos que somos desobedientes, realmente rechazaríamos aquello. No nos creemos desobedientes.

Hay una historia en la Biblia acerca de un hombre desobediente, pero él dijo que había obedecido a Dios. Leer 1 Samuel 15:1 a 9, 13 a 15, 18 a 23. Explicar. ¿Cuál era la opinión de Dios acerca de esta desobediencia, esta aparentemente mínima desobediencia de Saúl? ¿Cuál fue el resultado en la vida de Saúl? Saúl dijo que sí había obedecido a Dios. Creo que a veces hacemos lo mismo. Como no vemos muy terrible lo que hemos hecho, aunque Dios lo haya prohibido, pensamos que seguramente es aceptable a Dios. No lo calificamos como desobediencia. Por eso podemos estar muy cómodas ante los versículos que hablan de la obediencia, porque diríamos que en general sí somos obedientes. Saúl le dijo a Samuel que sí había obedecido a Dios. ¿Cómo califica Dios el pecado de desobediencia? Como idolatría. Criticamos a nuestros vecinos idólatras. Pero consideramos que la obediencia es opcional. Creemos que nuestra desobediencia no es un problema importante. Probablemente si preguntáramos al hermano que mencioné al principio que si él es un cristiano obediente, diría que sí. La chica que mencioné que quería que su amiga orara acerca de su noviazgo con un muchacho inconverso ha de tener la mentalidad que los mandatos de Dios se pueden negociar con él. Al final de cuentas, Dios es bueno, y probablemente va a cambiar de parecer y darnos permiso de hacer excepción en nuestro caso.

Tal vez aprendimos esto de nuestros padres. Tal vez las prohibiciones de ellos no iban en serio y nos acostumbramos a la idea que si rogáramos y lloráramos, lográbamos su permiso. Creemos que podemos hacer lo mismo con Dios. Vamos a ver otra historia de desobediencia en Jeremías. Se encuentra en Jeremías capítulo 42. Un poco de trasfondo: Esto sucede después del cautiverio babilónico. Israel había pecado contra Dios por siglos, y por fin Dios permitió que Nabucodonosor, Rey de Babilonia, les llevara cautivo. Pero quedaron en la tierra algunas pocas personas, entre ellos Jeremías. Ellos ya habían observado que no costea pecar contra Dios. Hay consecuencias. Ahora ellos quieren empezar a portarse bien. Leer 42:1 a 6. ¡Qué hermosa actitud! Leer v. 9 a 16. Está muy claro el mandato. No podían decir que no habían entendido. Ahora leer 43:1 a 4. No querían obedecer, pero no dijeron “No vamos a obedecer a Dios.” Buscaron una razón por no obedecer: Según ellos, Dios no le había enviado.

Razones por obedecer

¿Por qué debemos obedecer? Por temor a las consecuencias a la desobediencia. Otra razón es porque la obediencia es evidencia de amor. Amamos a Dios. Leer Juan 14:21, 23, 24.

Razones por desobedecer

¿Por qué desobedecemos tanto? Porque tenemos nuestra propia voluntad. Queremos hacer algo o tener algo. Lo queremos mucho, mucho. Deseamos que Dios nos conceda aquello y que bendiga nuestro plan. Pero si resulta que es algo que Dios no quiere que hagamos, bueno, lo haremos de todos modos. Deseamos manipular a Dios. Queremos que la oración funcione para lograr que Dios nos dé lo que queremos, en lugar de aceptar lo que él quiere. Queremos que Dios sea algo así como el genio de la lámpara, siempre a nuestras órdenes. Y después recurrimos a lo mismo que Saúl y el remanente en la tierra de Israel. (1) A la desobediencia (obediencia parcial que es lo mismo), la llamamos obediencia. (2) La calificamos como un pecado pequeñito–no como la idolatría y la hechicería. (3) Tratamos de compensar a Dios con un sacrificio o una ofrenda. (4) Decimos que no hemos entendido, o no sabemos realmente qué es lo que Dios manda en ese caso. (5) Llamamos nuestro caso un caso especial, y una excepción a lo que Dios ha mandado. (6) Decimos que Dios no ha puesto en nuestro corazón el hacer aquello. Vamos a ver algunas de las cosas que debemos obedecer:

El bautizo. El no casarse ni ser novia de un incrédulo. No cometer fornicación Hebreos 13:4Hebreos 13:4
Spanish: Biblia Reina Valera – revisión de 1995 – RVR95

4 Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.c

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