Para Reflexionar… Tu actitud es imprescindible

“Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque el SEÑOR hará mañana entre osotros maravillas” (Josué 3:5).

 

La acción ni siempre trae felicidad, pero no hay felicidad sin acción “. (Benjamin Disraeli)

¿Cómo hemos buscado la felicidad para nuestras vidas y nuestro hogar? ¿Esperando que caiga del cielo, sin que tengamos que hacer nada? ¿O nos esforzamos día y noche para que la felicidad nos contemple?

Entonces, ¿la felicidad depende de nosotros y no de Dios? ¡Claro que no! Él nos dice que sin Él no podemos hacer nada. Debemos estar siempre activos en la presencia del Señor. En su presencia y no solo. Él es nuestra fuerza, nuestra dirección, nuestra gracia y unción en todo lo que hacemos. Él hace su parte y nosotros la nuestra.

Las aguas del río Jordán no se abrieron para que pasara el pueblo de Dios antes de que pusieran las plantas de sus pies en el agua. El Mar Rojo no se abrió hasta que Moisés tocó las aguas con su vara. Lázaro, hermano de Marta y María, no salió de la tumba antes de que retiraran la piedra de la entrada. La salvación en Cristo no sucederá hasta que abramos nuestro corazón al Salvador.

¿Quieres estar feliz? Haz tu parte: dile a Cristo que quieres que Él sea tu Señor y Salvador para siempre.

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