“El gozo del SEÑOR es vuestra fortaleza” (Nehemías 8:10).
“Hay dos formas de obtener el suficiente. Una es seguir acumulando más; la otra es querer menos”. (Chesterton)
La satisfacción es la actitud que demostramos cuando alcanzamos un ideal, un objetivo, un sueño. Hay personas que nunca alcanzan la satisfacción tan esperada, porque siempre quieren más. Hay otros que desean alcanzar sus objetivos de satisfacción y reducen las expectativas y aceptan “sueños más simples” y posibles de lograr.
Podemos reunir los dos caminos indicados por el autor de
nuestra frase inicial y lograr la plena satisfacción y felicidad. Siempre podemos desear más – de Cristo, y menos – de nosotros mismos.
Nuestros intereses deberían centrarse más en la voluntad de Dios y menos en la nuestra. Sabemos que al complacer al Señor en nuestras actitudes, seremos felices teniendo demasiado o muy poco en nuestras vidas. Es la alegría del Señor que nos fortalece y no la alegría humana. Y la alegría del Señor nos lleva a celebrar lo pequeño como si fuera mucho, y la satisfacción será completa.
¿Sientes satisfacción en tu vida cristiana?
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