Para reflexionar… Rodillas Inseguras

“Al que tropezaba enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían” (Job 4:4).

Un letrero frente a una iglesia tenía esta advertencia: “Cuando tus rodillas golpeen juntas, arrodíllate sobre ellas”. ¡Buen consejo! Calmar nuestro corazón ante Dios calmará nuestros temores y renovará nuestro coraje.

Cuando nuestras rodillas están dobladas ante Dios, incluso si no chocan entre sí, incluso si nuestra incredulidad no es tan evidente, incluso si nuestro caminar no es tan perturbador, incluso si nuestra fe no se ha olvidado por completo en algún lugar del pasado, Siempre nos reconfortará, renovará nuestra motivación, nos dará confianza para seguir adelante y superar cualquier obstáculo.

Con el Señor como amigo y compañero en los días buenos y malos de la vida, nuestro corazón estará tranquilo, nuestra esperanza se fortalecerá, nuestro valor se multiplicará. Y todo esto si solo nos arrodillamos, si nos inclinamos en obediencia y sumisión a la voluntad del Señor, si abandonamos toda actitud de orgullo, vanidad, egoísmo e indiferencia hacia las cosas celestiales.

¿Te vacilan las rodillas? ¿No te vacilan las rodillas? Sea uno o el otro, dóblelas y coloque su vida en el altar de Dios. Todo será mucho más fácil en tu vida.

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