“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud” (Eclesiastés 12:1).
“No puede determinar la cantidad de años que vivirá, pero puede decidir qué hacer mientras viva” (P. Barbosa)
¿Qué decidimos hacer mientras estamos vivos? ¿Divertirnos mientras somos jóvenes? ¿Dar un paseo y descubrir tantos lugares diferentes como sea posible? ¿Comprar una casa en la playa o en el campo para nuestras vacaciones? ¿Casarnos, tener hijos y pasar la vida disfrutando de la felicidad con nuestras familias? Todo esto lo podemos hacer e incluso recibir la bendición de Dios para hacer realidad nuestros sueños.
Pero además de estos propósitos de placer personal, también debemos hacer algo que magnifique y glorifique el nombre de nuestro Señor. Sin Él, es posible que no tengamos los medios financieros para lograr nuestros objetivos, es posible que no estemos sanos para disfrutar el cumplimiento de esos sueños, podemos lograrlo todo y perder la vida eterna. ¿Vale la pena?
Lo más importante para todos nosotros es recordar a Dios antes de comenzar a pensar en nuestros sueños. Lograrlos, caminando junto al Señor, nos dará un placer especial.
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