“A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad” (Mateo 25:15).
“Creo que soy demasiado joven para alcanzar notoriedad. Tal vez, cuando sea viejo, pueda cumplir mi sueño”, dijo un adolescente a un hermano de la iglesia. “Nunca serás demasiado joven o demasiado viejo si tienes talento”, ha sido la respuesta recibida.
Dios da a sus hijos talentos, ya sean muy jóvenes o muy viejos. Nos usa como quiere, cuando quiere, y todo debe hacerse para el honor y la gloria del nombre de Jesús.
Estamos muy felices cuando nos dejamos guiar por el Señor. Sabemos que no somos nada y que Él es todo y, cuando logra algo a través de nosotros, dejamos de ser nada y nos convertimos en todo, porque es Él quien nos mueve a bendecir al mundo.
Estar en el centro de la voluntad de Dios es el gran secreto para una vida abundante y llena de sueños. No hay monotonía para un hijo de Dios que decide glorificar al Padre en todas sus actitudes.
¿Usas tus talentos para la gloria de Dios?
Visitas: 10