Para reflexionar… ¿Mérito O Puro Amor?

“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (Romanos 5:10).

Arlete era una mujer bondadosa, amiga de todos, siempre dispuesta a compartir lo que tenía y ayudar a los más necesitados. Era una cristiana fiel y hacía todo para la gloria de Dios. Un día, cuando estaba orando en su habitación, la golpeó una piedra, lanzada por un niño que se sabía pertenecía a una familia muy pobre y también que era muy rebelde. Mirando por la ventana, vio quién la había golpeado y, después de arreglarle la cabeza, fue a una tienda y le compró un traje nuevo, llevándolo a su casa. Al día siguiente, el padre del niño volvió con él y le dijo a Arlete que le devolvía la ropa. Dijo el niño, “No merezco tu regalo. Yo fui quien arrojó la piedra”. Ella respondió: “No te di el regalo porque te lo mereces, sino porque lo necesitas”.

Qué sería de nosotros si solo recibiésemos de Dios lo que merecemos. Ciertamente no tendríamos nada. Pero, Él nos amó y nos dio a Jesús porque lo necesitábamos. Estábamos perdidos, sin rumbo, sin verdadera alegría, caminando hacia el infierno. Y su amor nos transformó en vidas nuevas, felices, bendecidas.

Nuestra rebeldía dejó de existir, nuestra pobreza espiritual dio paso a una riqueza que ningún tesoro en el mundo puede superar en valor. No lo merecemos, pero Dios nos ha dado vida abundante y eterna. Él nos ama… nosotros también Lo amamos.

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