Para reflexionar… La Visita De Un Ángel

“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan  en abundancia” (Juan 10:10).

Un ministro decidió conocer mejor a una nueva familia en  su congregación. Llamó a la puerta una noche y una  voz  amable desde el interior de la casa preguntó:  “¿Eres  tú,  Ángel?” “¡No!”  respondió  el  ministro.  “¡Pero  soy   del    mismo departamento!”

Cuando visitamos a una persona enferma, a alguien  que  está lejos de  la  iglesia,  o  simplemente  a  alguien  a  quien queremos evangelizar, la persona necesita sentirse  bien  al recibirnos.  Debemos  ser  vistos  como  amigos,  como   una bendición que llega a ese hogar, como un ángel  enviado  por Dios para mostrar su inmenso amor y afecto.

Cuando  nos  encontramos  con  alguien  necesitado,  debemos prepararnos para que el brillo del Señor esté  en  nosotros. No será una visita social o una oportunidad  para  tomar  un lunch con  un  amigo.  Estamos  allí  para  consolar,  traer esperanza, alegrar un hogar que puede estar viviendo días de tristeza.

Jesús dijo que vino al mundo para darnos vida en abundancia. Como representantes del Rey de reyes  y  Señor  de  señores, debemos hacer lo mismo por aquellos que amamos.

¿Has sido “un ángel” llevando la bendición a  tus  amigos  y familiares?

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