Al leer la cita anterior en la red, reflexioné de manera diferente. Prefiero decir que “Bienaventurados los que tienen mucho que decir y se les puede persuadir para que lo digan”.
Cuando abrimos nuestro corazón al Señor Jesús y le permitimos que nos guíe por sus caminos de vida eterna, ciertamente tenemos mucho que decir o testificar. La presencia del Señor nos hace irradiar una luz que no se puede ocultar. Nos trae experiencias que no nos permiten callar. Nos motiva a decirles a todos el motivo de nuestra alegría y felicidad.
Con Cristo como compañero de camino en este mundo, anhelamos ser persuadidos para hablar. Esperamos oídos atentos y dispuestos a recibir la misma bendición que recibimos. Hablamos y hablamos y siempre queremos hablar más. El Señor es nuestro tema, la razón de todo nuestro hablar.
el Señor habló a Pablo y lo que dijo es también para nosotros: “No te calles”.
Visitas: 26