Hay personas que tienen diversos talentos en la iglesia. Algunos tienen el don del canto, otros para visitar a los enfermos y débiles en la fe, otros para enseñar la Palabra y otros para orar por la iglesia y todos los que forman parte de ella.
Dios bendice a todos y se regocija al ver a sus hijos servir con gozo. Pero, un don o talento el Señor dio a todos: pescar almas. Es la voluntad de Dios que todos se salven y ninguno se pierda.
¿Y hemos respondido al llamado del Señor de pescar almas? ¿O hemos nos calificado, por nuestra cuenta, para ser guardiáns de peceras? La Palabra nos enseña que si “el Señor no guarda la ciudad, el centinela vigila en vano”. ¡Quien “guarda la pecera” es el Señor! ¡Quien fortalece a la iglesia es el Señor! ¡Quien construye vidas espirituales sólidas es el Señor! Nuestro ministerio es salir y buscar a los perdidos, poniéndolos al cuidado del Señor.
¿Te gusta pescar o prefieres quedarse acomodado guardando la pecera?
Visitas: 23